El 20 de junio de este año, fechado en Matanzas, la prensa plena publicó este lead noticioso: Con el propósito de incrementar progresivamente la oferta de frutas frescas a la población y garantizar el suministro estable a la industria, productores matanceros impulsan el fomento de esos cultivos en los últimos años. Más adelante se daba a conocer lo siguiente: Actualmente el área total de frutales en el territorio excede las nueve mil 500 hectáreas y existe la marcada aspiración de completar las 13 mil hectáreas para el año 2020. Entre otras consideraciones, se enfatizaba la intención de cubrir necesidades de consumo del turismo y de la población. Aplausos para los propósitos, para los campos fomentados con frutales diversos, para las ventas al sector del turismo, cuyo potencial es invitación permanente a los productores todos. Pero, ¿dónde están las frutas que se destinan a la población? ¿Qué calidad tiene la que llega eventualmente a los mercados estatales? Son algunas preguntas que se formulan los consumidores al pie de tarimas de placitas y mercados barriales, cuyas inquietudes captó este comentarista. Sin bien algunos dicen que “lo mejor se va para Varadero”, para los turistas, en realidad no sentí reproche en esa afirmación, porque se comprende la necesidad de captar divisas convertibles, pero esto no justifica el persistente deterioro de las frutas y los elevados precios que se cobran en unidades de venta y menos cuando los productos estén en mal estado: plátanos aplastados y magullados, fruta bombas golpeadas y hasta descompuestas, mangos verdes, cuando los surten; aguacates de mala calidad, piñas verdes y raquíticas, y pare de contar. En los mercados particulares y carretillas se encuentran los mismos productos más el limón y el tomate fuera de su temporada, pero a precios que parecen importados de allende los mares. Allí un limón cuesta dos pesos, una frutabomba mediana entre 25 y 40, un aguacate entre 8 y 10 pesos, la libra de tomate fuera de temporada entre 15 y 18. Nuestra gente aplaude los propósitos de fomento, pero más aplaudirían las gestiones para preservar la calidad de lo que se cosecha y la pueda apreciar en mostradores estatales, a precios lógicos, razonables y asequibles en concordancia con los enunciados propósitos oficiales. Para el noticiero provincial de radio Para de primera mano.
Roberto Pérez Betancourt
Roberto Pérez Betancourt
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