La distancia muchas veces se vuelve un obstáculo insuperable si de amores se trata. Sin embargo, no siempre sucede así y existe quienes rebasan las barreras y triunfan.
Es posible que alguna vez hayas estado en el dilema de comenzar o seguir con una relación donde el principal problema son los miles de kilómetros que los separan. Decisión complicada y más cuando los sentimientos no permiten pensar con claridad.
Podríamos hablar de tres tipos de relaciones a distancia. Parejas consolidadas que han convivido meses o años y tienen que separarse normalmente por motivos laborales. Amores de unos días o unas semanas que deciden continuar a ver qué pasa. Y personas que se conocen a través de internet.
Gracias a las nuevas tecnologías, es más sencillo que hace unos años, intentar que la distancia física no se convierta en distancia emocional. Pero hay lejanía física. Falta el abrazo en las noches, la intimidad, el poder compartir el día a día. Quizás, muchas faltas que no todos están dispuestos a tolerar.
Lo primero que se requiere para que funcione este tipo de relación desde la distancia es amor sincero al 100%, no debes tener a alguien más en mente o como "segunda opción". Además se requiere de mucha confianza. Si te sientes inseguro cuando no está contigo, la relación no va a funcionar. Claro, no creo que sea un tipo de relación para toda la vida, sino de manera coyuntural.
Aunque en menor medida, existen relaciones de mucho tiempo que han funcionado en estas circunstancias. En estos casos ambos deben planear la posibilidad de estar juntos definitivamente pues si no se corre el riesgo de que se estanque o termine. Para otros sencillamente la distancia es una manera de quedarse sólo con lo bueno de las relaciones y evitar las complicaciones y alegrías de una relación más cercana.
¿Qué hacer entonces: seguir adelante o desistir?; ¿reprimir ese deseo?, ¿dejar pasar el tren? Lo mejor será que intentarlo y dejarse llevar por los sentimientos para luego saber hasta dónde quieren llegar en verdad.
(Por: Eliane Táboas Merino. 2/3/2015)
Es posible que alguna vez hayas estado en el dilema de comenzar o seguir con una relación donde el principal problema son los miles de kilómetros que los separan. Decisión complicada y más cuando los sentimientos no permiten pensar con claridad.
Podríamos hablar de tres tipos de relaciones a distancia. Parejas consolidadas que han convivido meses o años y tienen que separarse normalmente por motivos laborales. Amores de unos días o unas semanas que deciden continuar a ver qué pasa. Y personas que se conocen a través de internet.
Gracias a las nuevas tecnologías, es más sencillo que hace unos años, intentar que la distancia física no se convierta en distancia emocional. Pero hay lejanía física. Falta el abrazo en las noches, la intimidad, el poder compartir el día a día. Quizás, muchas faltas que no todos están dispuestos a tolerar.
Lo primero que se requiere para que funcione este tipo de relación desde la distancia es amor sincero al 100%, no debes tener a alguien más en mente o como "segunda opción". Además se requiere de mucha confianza. Si te sientes inseguro cuando no está contigo, la relación no va a funcionar. Claro, no creo que sea un tipo de relación para toda la vida, sino de manera coyuntural.
Aunque en menor medida, existen relaciones de mucho tiempo que han funcionado en estas circunstancias. En estos casos ambos deben planear la posibilidad de estar juntos definitivamente pues si no se corre el riesgo de que se estanque o termine. Para otros sencillamente la distancia es una manera de quedarse sólo con lo bueno de las relaciones y evitar las complicaciones y alegrías de una relación más cercana.
¿Qué hacer entonces: seguir adelante o desistir?; ¿reprimir ese deseo?, ¿dejar pasar el tren? Lo mejor será que intentarlo y dejarse llevar por los sentimientos para luego saber hasta dónde quieren llegar en verdad.
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