Roberto Pérez Betancourt
Confieso sin rubor que cuando leí este titular en el diario Juventud Rebelde del domingo último: “Recogida de desechos sólidos al descubierto: persisten deficiencias en el país”, lo primero que me vino a la mente fue la popular frase: “Acaban de descubrir el agua tibia”.
Parece chiste, pero el asunto no es de risa.
La información se basa en un informe rendido ante la comisión correspondiente del Parlamento cubano, del cual cito: “Inestabilidad en la recogida de los desechos sólidos en las ciudades, sobre todo en las zonas periféricas; deterioro de los contenedores o ausencia de estos, afectaciones por el mal estado de las calles y dificultades en la recogida de escombros y en la labor de saneamiento en los alrededores de los contenedores son algunas de las deficiencias que persisten en el trabajo de Servicios Comunales en el país”. Fin de la cita.
También nos enteramos que se creó un grupo temporal de trabajo para reordenar la actividad de Servicios Comunales.
Aunque los detalles enfatizan la situación que afronta La Habana, la realidad es que el resto de Cuba igualmente está necesitada de atención especial.
En Matanzas esto se aprecia en un simple recorrido barrio adentro.
Según el citado documento: las deficiencias de servicios comunales siguen siendo un problema de gobierno no resuelto que atenta contra la Salud ambiental y humana.
Es este un tema recurrente en nuestros medios de difusión. También en las asambleas de circunscripción, donde la población expone situaciones calamitosas en sus barriadas.
Surge entonces la gran pregunta: ¿Alguien ha estudiado qué cuesta más, atender consecuencias y riesgos sanitarios que debe asumir la salud pública por el reguero de basuras y otras pestilencias, o costear sistemas realmente eficaces de saneamiento medio ambiental, no solo para La Habana, sino también para Matanzas y para todo el país? (TVY)(16/07/15)
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