¿Piensa Obama visitar Cuba antes de terminar su mandato?, preguntó la colega Cristina Escobar, hace apenas tres días, en conferencia de prensa efectuada en la Casa Blanca, y los principales medios de difusión del mundo siguen otorgándole categoría de titular a la respuesta del vocero Josh Earnest: “Al presidente le daría mucho placer la oportunidad de visitar la isla de Cuba”.
Trascendió que masivamente los corresponsales pugnaron por transmitir de inmediato la primicia: Obama irá a Cuba.
En realidad el propio actual inquilino de la Casa Blanca, meses atrás, jugando con las palabras y el tiempo, afirmó que era un hombre bastante joven y se imaginaba que en algún momento de su vida tendría la oportunidad de visitar a Cuba.
Por supuesto, es claro que resta todavía bastante para que se produzca el hecho que hoy es objeto de especulaciones, en tanto avanzan las conversaciones en busca del imprescindible equilibrio que posibilite reanudar relaciones diplomáticas normales y abrir las respectivas embajadas.
Tras las recientes pláticas, ambas partes fueron optimistas, reconocieron avances discretos y admitieron escollos que restan.
Por la parte norteña, sin dudas acatar y respetar las leyes cubanas, seguir desbrozando el camino hasta la supresión del bloqueo económico, comercial y financiero, acabar con la abierta subversión promovida por Washington para subvertir el régimen económico y político en Cuba, terminar los programas de agresión radial y televisiva y poner término al financiamiento que la administración estadounidense sigue otorgando a beneficiarios de la industria de la Contrarrevolución, asentados en territorio de ese país, entre otros temas pendientes, a los que, por supuesto, el vocero de turno no aludió.
Pero quedó claro, algo que en realidad ya sabíamos todos, cuando afirmó, sin pudor: “Estados Unidos cambia sus métodos pero no sus objetivos”.
Por supuesto, es evidente que Cuba se aviene al cambio de métodos y en las declaraciones de nuestros principales dirigentes se evidencia que igualmente los objetivos cubanos siguen intactos: Impedir la neocolonización y construir un socialismo próspero y sustentable con todos y para el bien de todos.(Por.
Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(26/05/15)
Trascendió que masivamente los corresponsales pugnaron por transmitir de inmediato la primicia: Obama irá a Cuba.
En realidad el propio actual inquilino de la Casa Blanca, meses atrás, jugando con las palabras y el tiempo, afirmó que era un hombre bastante joven y se imaginaba que en algún momento de su vida tendría la oportunidad de visitar a Cuba.
Por supuesto, es claro que resta todavía bastante para que se produzca el hecho que hoy es objeto de especulaciones, en tanto avanzan las conversaciones en busca del imprescindible equilibrio que posibilite reanudar relaciones diplomáticas normales y abrir las respectivas embajadas.
Tras las recientes pláticas, ambas partes fueron optimistas, reconocieron avances discretos y admitieron escollos que restan.
Por la parte norteña, sin dudas acatar y respetar las leyes cubanas, seguir desbrozando el camino hasta la supresión del bloqueo económico, comercial y financiero, acabar con la abierta subversión promovida por Washington para subvertir el régimen económico y político en Cuba, terminar los programas de agresión radial y televisiva y poner término al financiamiento que la administración estadounidense sigue otorgando a beneficiarios de la industria de la Contrarrevolución, asentados en territorio de ese país, entre otros temas pendientes, a los que, por supuesto, el vocero de turno no aludió.
Pero quedó claro, algo que en realidad ya sabíamos todos, cuando afirmó, sin pudor: “Estados Unidos cambia sus métodos pero no sus objetivos”.
Por supuesto, es evidente que Cuba se aviene al cambio de métodos y en las declaraciones de nuestros principales dirigentes se evidencia que igualmente los objetivos cubanos siguen intactos: Impedir la neocolonización y construir un socialismo próspero y sustentable con todos y para el bien de todos.(Por.
Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(26/05/15)
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