Quien pudiese descartar que el ex general español Narciso López, venezolano de nacimiento; tuviese la visión cuando descansaba en un parque de Nueva York en esa tarde noche de junio: dos franjas de blanquísimas nubes surcaban el cielo azul y, al poniente; una curiosa flama roja invitaba a la inspiración. Luego vendría la reunión en casa del emigrado matancero Miguel Teurbe Tolón, poeta, patriota y dibujante y de su esposa y prima Emilia; en la que también se encontraban en calidad de conspiradores su secretario personal, el escritor cubano Cirilo Villaverde; y también Juan Manuel Macías, edecán del general López. Tratándose de personas entregadas a la francmasonería e inspiradas por sucesos relevantes como la guerra de independencia de los Estados Unidos que hizo nacer su propia bandera y el aporte de la Francia insurgente de 1789 que destacaba aquellos tres colores: rojo, azul y blanco no es de extrañar que sobrasen motivos de inspiración para dibujarla casi de solo una pasada, gracias a la diestras manos de Miguel. Según el relato de Cirilo Villaverde, testigo de la escena, «la grácil y activa dama, entusiasta y filibustera como su marido y sus demás compatriotas (…)», hizo la bandera con cintas de sedas blancas y azules, y con un retazo de tela roja. La estrella también era de seda y tenía un ribete del mismo género, blanco y trenzado. El azul era muy fuerte, lo mismo que el rojo. Medía 18 pulgadas de largo y 11 y media de ancho; cada lado del triángulo 11 pulgadas y de una punta de la estrella a la opuesta, tres pulgadas.” El significado de los símbolos reflejados en la Bandera Cubana, los dio hace más de 150 años, Cirilo Villaverde, autor de la célebre "Cecilia Valdés" y aparece en libro de Ponte Domínguez, Francisco J. "La masonería en la Independencia de Cuba" La Habana, 1954. p. 44.:"Hoy es bastante conocido quien fue el autor del estandarte aunque es menos divulgada su génesis, inspirada en la simbología masónica.” Y continúa Villaverde (...) "López, que era francmasón, naturalmente optó por el triángulo equilátero", que simboliza la grandeza del poder que asiste al Gran Arquitecto del Universo y cuyos lados iguales aluden a la divisa masónica de libertad, igualdad, fraternidad y a la división tripartita del poder democrático. La estrella de cinco puntas significa la perfección del maestro masón: la fuerza, la belleza, la sabiduría, la virtud y la caridad. La bandera comprende además en su integración los tres números simbólicos. El tres (tres franjas azules) representa la armonía perfecta; el cinco, resultado de la suma de todas las franjas, significa el espíritu vivificador, que perpetúa la naturaleza; y el siete que se obtiene al sumar el triángulo y la estrella es un número considerado divino por los judíos y los griegos.” Conocido es el hecho, de que la mayoría de los gestores y los más sobresalientes caudillos de la independencia cubana en el siglo XIX, fueron masones. Así, antes de lanzarse a sus afanes emancipadores, fue un reconocido masón, el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, quien presidía en los días del alzamiento de 1868 la Logia Buena Fe, de Manzanillo. También perteneció a la fraternidad, Perucho Figueredo, el autor del Himno Nacional cubano; El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz; El Lugarteniente General Antonio Maceo y el Generalísimo Máximo Gómez, protagonistas ambos de las dos contiendas, así como el Héroe Nacional José Martí, el alma de la campaña de 1895, que daría al traste con la dominación española de la isla…".Francisco J. Ponte Domínguez, La masonería en la Independencia de Cuba. Por casualidades de la curiosa y casi siempre caprichosa historia, manos matanceras dibujaron la enseña nacional y en la complicidad de la alcoba, otras manos matanceras la bordaron para que, como concluyendo el ciclo de casualidades; el también yumurino Juan Manuel Macías y Sardiñas plantara en tierra cubana el pabellón de la estrella solitaria, en esa madrugada del 19 de mayo de 1850, cuando se produjo el desembarco del vapor Créole en el litoral de la bahía de Cárdenas. Afortunadamente, hoy matanceros como Clara Emma Chávez, y el artista de la plástica Ernesto Martínez Pérez, obraron el milagro del regreso de Emilia Margarita Teurbe de Tolón, la bordadora de la enseña nacional, como también la ubicación de su vivienda natal, en pleno corazón de la ciudad yumurina. No es menos cierto que los matanceros abrigan la esperanza de que sea no solo la bandera, sino también el escudo, diseñado por Miguel Teurbe de Tolón; lo mismo que el himno para los Bayameses. Mientras tanto, en una suerte de viaje a la semilla, Emilia descansa en suelo patrio y junto a su tumba, tremola la enseña que, despierta -cosa curiosa- sentimientos tan encontrados como alegría y nostalgia al cubano.
Bibliografía Carbonell, José Manuel. Miguel Teurbe Tolón, poeta y conspirador. La Habana. Imprenta El Siglo XX, 1924. Escoto, José A. “La familia de Miguel Teurbe”. En: Pro-Patria. Matanzas. Imprenta. Librería y Papelería. La Pluma de Oro, 1909. Gay-Calbó, Enrique. La Bandera. El Escudo y El Himno. La Habana. Editor Ricardo Veloso, 1923. El Centenario de la Bandera Cubana. La Habana. Imprenta El Siglo XX, 1949. Enciclopedia Ecured. La bandera de la Estrella Solitaria. Ecured Portable versión 1.5
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