El joven Yadiel Hernández es uno de los principales jugadores con que cuenta el equipo líder de la actual Serie Nacional de Beisbol, precisamente en el palacio de los cocodrilos, conversó en exclusiva con CubaSí
Este pelotero se ha convertido en alguien muy popular entre el público femenino que abunda para el béisbol en Cuba y, por supuesto, especialmente en Matanzas, desde Gabriela, una niñita de cuatro años, hasta varias amigas cuyos nombres me reservo precisamente porque ya no tienen cuatro años, se declaran fanáticas a Yadiel Hernández.
Y la cosa no va solo por la imagen, que no le falta al muchacho de Los Mangos, en la ciudad yumurina, sospecho que también por los tenis naranjas que el “cargabates” le limpiaba tras cada anotada y, por supuesto, por el excelente rendimiento que lo ha colocado entre los mejores jugadores del momento.
Una mezcla de todo eso fue lo que me llevó a conversar con él en la primera oportunidad, pero sobre todo la deuda con mis apasionadas amigas y la tranquilidad que me produce verlo entrar al cajón de bateo en horas tensas, algo que él, confesó, también disfruta: “Nervios no me da, ya eso uno lo va superando, hay momentos, situaciones del juego en que el equipo y el público te exigen y hay un poco de nervios, pero bueno, eso uno lo supera porque esos son los momentos que me gustan a mí, me encantan, vivir eso, que la gente me grite…”
De hecho, esa dosis de “adrenalina” es uno de los motivos por los que prefiere la ofensiva: “Uno siempre tiene que trabajar más la ofensiva, porque para mucha gente lo más difícil que hay en este deporte es batear, pero es lo que más me gusta, me siento más seguro en la defensa porque es más sencilla, pero lo que más me gusta es batear.”
Yadiel es uno de esos casos en que la voluntad puede más que la propia naturaleza, a fuerza de mucho querer se hizo pelotero: “Yo desde niño jugaba pelota en áreas especiales y era bueno, pero era muy chiquito de tamaño y no me captaron para la EIDE, entonces entré a la ESPA en pelota vasca, pero mantenía mi sueño y seguía jugando béisbol por la calle en diferentes ligas extraoficiales. Después un amigo mío que siempre fue mi seguidor, me dijo: oye abrieron una academia, ve para que entres que hay una pila de gente que cuando tú jugabas eran más malos que tú. Entonces me embullé, fui para la Academia, ahí hice liga de desarrollo, me propuse hacer el equipo de Matanzas y lo logré.”
Michel Henríquez fue siempre su paradigma en el campo de béisbol: “desde niño me gustó la tranquilidad y lo seguro que se veía a la hora de batear en el home” asegura y de inmediato agradece “la suerte de haber jugado con él en eventos internacionales”.
Un mismo torneo, la reciente Serie del Caribe, recoge lo que hasta ahora más le ha molestado en su carrera deportiva: “que no tuve el resultado que esperaba, jugué bien a la pelota, pero no rendí como yo quería, como debía y eso no lo voy a olvidar nunca”; pero también su mayor alegría: “porque quedamos campeones, hacía años que Cuba no ganaba la Serie del Caribe y el otro alegrón fueron los Centroamericanos, ese momento también fue increíble para mí.”
Últimamente pareciera que Yadier sale a buscar nada más y nada menos que un jonrón, así lo percibimos muchos y él reconoce: “Sí, a veces salgo a buscar el jonrón. Yo siempre he dado diez o doce jonrones por temporada, entonces pienso que estoy un poco atrás porque todavía quedan juegos, pero este año no he dado muchos, sin embargo he mantenido el average y pienso terminar entre los primeros bateadores.”
Sobre su equipo, Matanzas, y las claves de la mejoría que ha tenido afirmó: “La clave de ese cambio es esto que tú estás viendo ahora, el entrenamiento, la disciplina, la dedicación, la concentración en lo que estamos haciendo porque lo de nosotros es esto, jugar pelota.”
Y su sueño… nada irrealizable, aquí les va: “Seguir como voy, tratar de mantenerme por varios años en el equipo nacional y estar entre los mejores peloteros de Cuba…”
Este pelotero se ha convertido en alguien muy popular entre el público femenino que abunda para el béisbol en Cuba y, por supuesto, especialmente en Matanzas, desde Gabriela, una niñita de cuatro años, hasta varias amigas cuyos nombres me reservo precisamente porque ya no tienen cuatro años, se declaran fanáticas a Yadiel Hernández.
Y la cosa no va solo por la imagen, que no le falta al muchacho de Los Mangos, en la ciudad yumurina, sospecho que también por los tenis naranjas que el “cargabates” le limpiaba tras cada anotada y, por supuesto, por el excelente rendimiento que lo ha colocado entre los mejores jugadores del momento.
Una mezcla de todo eso fue lo que me llevó a conversar con él en la primera oportunidad, pero sobre todo la deuda con mis apasionadas amigas y la tranquilidad que me produce verlo entrar al cajón de bateo en horas tensas, algo que él, confesó, también disfruta: “Nervios no me da, ya eso uno lo va superando, hay momentos, situaciones del juego en que el equipo y el público te exigen y hay un poco de nervios, pero bueno, eso uno lo supera porque esos son los momentos que me gustan a mí, me encantan, vivir eso, que la gente me grite…”
De hecho, esa dosis de “adrenalina” es uno de los motivos por los que prefiere la ofensiva: “Uno siempre tiene que trabajar más la ofensiva, porque para mucha gente lo más difícil que hay en este deporte es batear, pero es lo que más me gusta, me siento más seguro en la defensa porque es más sencilla, pero lo que más me gusta es batear.”
Yadiel es uno de esos casos en que la voluntad puede más que la propia naturaleza, a fuerza de mucho querer se hizo pelotero: “Yo desde niño jugaba pelota en áreas especiales y era bueno, pero era muy chiquito de tamaño y no me captaron para la EIDE, entonces entré a la ESPA en pelota vasca, pero mantenía mi sueño y seguía jugando béisbol por la calle en diferentes ligas extraoficiales. Después un amigo mío que siempre fue mi seguidor, me dijo: oye abrieron una academia, ve para que entres que hay una pila de gente que cuando tú jugabas eran más malos que tú. Entonces me embullé, fui para la Academia, ahí hice liga de desarrollo, me propuse hacer el equipo de Matanzas y lo logré.”
Michel Henríquez fue siempre su paradigma en el campo de béisbol: “desde niño me gustó la tranquilidad y lo seguro que se veía a la hora de batear en el home” asegura y de inmediato agradece “la suerte de haber jugado con él en eventos internacionales”.
Un mismo torneo, la reciente Serie del Caribe, recoge lo que hasta ahora más le ha molestado en su carrera deportiva: “que no tuve el resultado que esperaba, jugué bien a la pelota, pero no rendí como yo quería, como debía y eso no lo voy a olvidar nunca”; pero también su mayor alegría: “porque quedamos campeones, hacía años que Cuba no ganaba la Serie del Caribe y el otro alegrón fueron los Centroamericanos, ese momento también fue increíble para mí.”
Últimamente pareciera que Yadier sale a buscar nada más y nada menos que un jonrón, así lo percibimos muchos y él reconoce: “Sí, a veces salgo a buscar el jonrón. Yo siempre he dado diez o doce jonrones por temporada, entonces pienso que estoy un poco atrás porque todavía quedan juegos, pero este año no he dado muchos, sin embargo he mantenido el average y pienso terminar entre los primeros bateadores.”
Sobre su equipo, Matanzas, y las claves de la mejoría que ha tenido afirmó: “La clave de ese cambio es esto que tú estás viendo ahora, el entrenamiento, la disciplina, la dedicación, la concentración en lo que estamos haciendo porque lo de nosotros es esto, jugar pelota.”
Y su sueño… nada irrealizable, aquí les va: “Seguir como voy, tratar de mantenerme por varios años en el equipo nacional y estar entre los mejores peloteros de Cuba…”
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