Las nuevas tendencias que asumen los varones en cuanto a moda y estética dan mucho que hablar hoy, sobre todo entre los más viejos. Sin embargo, para ellos se trata solo de un desquite con los tabúes sociales, una simple manera de llevar la modernidad que para nada afecta su masculinidad.
Desde siempre han existido marcados límites entre hombres y mujeres a la hora de establecer los códigos “correctos” para vestirse, peinarse o usar determinados accesorios. Sin embargo, todo ha cambiado y cada día esos límites se desdibujan más en la Cuba de hoy.
Ropas ajustadas, de colores estridentes como el rosado o el naranja, peinados exagerados, tintes, iluminaciones, aretes, pulsos o pelo largo se ubican entre algunas de las tendencias que asumen los varones desde la adolescencia. Para algunos es un absoluto disparate, para otros solo cuestión de la época.
A estas tendencias se une también la depilación de cejas, brazos, piernas y algo más. También el cuidado de las uñas y el uso de cremas. Algo preocupante para quienes se aferran en cumplir u obligar a cumplir la máxima social de ser hombre a todas pero que no tiene necesariamente que estar asociado a una postura alejada de la masculinidad.
Las definiciones más actuales lo asocian a la metrosexualidad una tendencia que justamente toma prestado de las mujeres ciertos rasgos, gustos y acciones y lo acomoda a su estilo de vida. Claro, no quiere decir que necesariamente aquel que asuma una postura de este tipo se considere metrosexual sino que es un nuevo modelo de varón que no teme asumir posturas antes solo asociadas a las mujeres.
La influencia de los patrones externos repercute en el cambio de actitudes, a pesar de no vivir en una sociedad de consumo. Esto condiciona muchísimo la manera de ser y de actuar de los más jóvenes para quienes la apariencia es determinante.
Los varones están ahora en plan de desquite con las mujeres, por eso esta revolución en cuanto a moda y apariencia física. Solo hay que saber controlarla para no perder los límites. Contar siempre con un consejo oportuno puede marcar la diferencia.
(Por: Eliane Táboas Merino. 18/1/2015)
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