Cristina Escobar: un encuentro para recordar

Mucho hablamos sobre el valor de la amistad, la solidaridad y el buen hacer entre seres humanos. Es uno de los principales preceptos bíblicos y sociales que, en nuestro mundo actual, no siempre se practica a cabalidad. Y no creo que sea un problema generacional ni mucho menos, pero llama la atención cuando se logra recrear esos cánones que nos definen como humanos o animales de nivel superior.
Lo expreso porque el encuentro de la joven periodista Cristina Escobar con los estudiantes de la sede Camilo Cienfuegos en la Universidad de Matanzas, rompió todas nuestras expectativas.  
Estaba prevista para tres horas y duró más de cinco. Pienso que el éxito fundamental estriba en que fue un diálogo entre jóvenes que aunque no repiten el gastado discurso –ya retórico—de defensa de los principios de la revolución, están a todo con su tiempo y la necesidad de hacer los cambios de mentalidad que se necesita, pero HACIENDO, PARTICIPANDO y lo pongo en mayúsculas porque eso es lo que necesita el país, hacer y no reproducir bellas ideas que nunca llegan a materializarse oportunamente.
Se habló de sus experiencias en la cobertura informativa  de la Cumbre de los Pueblos, la visita del Papa Francisco y  el restablecimiento de relaciones Cuba-Estados Unidos en Nueva York, además de pedirle sus valoraciones sobre la marcha que tienen algunos problemas del país. Fue un encuentro memorable para todos pero los que mas aprovecharon el encuentro –sin dudas - fueron los estudiantes de la carrera de Periodismo que conocieron de primera mano (ella se graduó en el 201) los sentimientos de un recién graduado sus expectativas al terminar la carrera y la importancia de dedicarse a fondo a la profesión para obtener resultados importantes que se traducen en coberturas de primer nivel y popularidad nacional.
Ellos aprovecharon la ocasión y la entrevistaron para el noticiero universitario que ya tiene su primera versión digital audiovisual y la invitaron a almorzar en La Arboleda en la base de Campismo Canímar Arriba.

Se le agradeció a Cristina el haber dispuesto de un día de su apretada agenda para intercambiar con los estudiantes en un solidario gesto de bondad y preocupación por educar más que con el ejemplo con la virtud del compromiso individual ante sus iguales.
Fue una tarde muy provechosa y singular con fotos particulares y colectivas, risas, anécdotas y consejos éticos. Aunque para lograrlo se trabajó intensamente, sin dudas el día de la carrera fue sensacional. (Texto y fotos: Ana Valdés Portillo)

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