“Los tiempos actuales son complejos, existen numerosas opciones que acaparan la atención de los muchachos y se presentan como fuertes oponentes del libro y la lectura; desde mi experiencia personal, lo que veo en mi casa con mis hijos, en primer lugar están los juegos o los materiales audiovisuales que tanto abundan.
"Pienso que la sociedad debe preocuparse más en ese sentido, buscar maneras de que la lectura también encuentre un espacio entre ellos, que sea parte de su cotidianidad, y así pueda contribuir a su formación. Esto tiene que asumirse desde un esfuerzo múltiple, donde aparecen como protagonistas fundamentales la familia, el sistema de educación, las instituciones culturales y los medios de prensa, entre otros.
“¿Los escritores? Sí, también tenemos una misión importante: la de concebir libros que les resulten extremadamente atractivos. Se trata de lectores rigurosos, implacables. Y además tienen características muy específicas. En lo que se escribe para ellos exigen sabiduría, poesía, pero también simpatía, perspicacia, cierto dinamismo y además la verdad. Nada de paños tibios, de vendas. Siempre la verdad”.
La franqueza, precisamente, caracteriza la manera en que Yanira Marimón asume la literatura para los jóvenes, y esto puede apreciarse en los descarnados conflictos cotidianos a los que se acerca, como la separación familiar, la soledad, el miedo, la muerte, entre otros. Ocurre así en la primera noveleta que dio a conocer, Donde van a morir las mariposas (Casa Editora Abril, 2006). También en Tocar las puertas del cielo y en otras dos todavía inéditas: Cuando regrese papá y El niño de enfrente.
“El protagonista de Tocar las puertas del cielo es un adolescente de 12 años, que vive en un pueblo de campo y sueña con vivir cerca del mar, que solo ha visto en una ocasión. Proveniente de una familia disfuncional —uno de mis asuntos recurrentes—, ese muchacho se rebela contra su destino y con valor y bondad avanza hacia la luz, hacia la conquista de su sueño.
“Esta obra no es solo para adolescentes, sino que puede ser leída por todo tipo de público. No creo en el término de literatura infantil o juvenil. No hace falta ese encasillamiento. Creo que si es buena, puede ser disfrutada por lectores de cualquier edad”. (Por Norge Céspedes)
Publicar un comentario