Roberto Pérez Betancourt
Transitamos el segundo semestre de 2015 con esperanzadoras noticias. Sin sacar campanas a arrebato, conocimos que al término de junio se computó un crecimiento del 4,7 por ciento de la economía, expresado en el Producto Interno Bruto, equivalente a los nuevos valores creados, y un pronóstico de cerrar este año con 4 por ciento.
Si bien esa proporción es todavía insuficiente, en relación con el índice anual que el país necesita para hablar de verdadero desarrollo, pues los expertos lo ubican en torno del 10 por ciento, lo registrado “revierte la tendencia a la desaceleración del crecimiento”, como indicara el presidente Raúl Castro al clausurar el más reciente pleno del Parlamento Cubano.
Los mejores saldos se observan en la agroindustria azucarera y manufacturera, la construcción, el comercio, la gestión agropecuaria y el turismo.
El sector de transporte evidenció insatisfacciones, atribuidas a deficiencias organizativas, baja disponibilidad técnica del sistema ferroviario y el automotor, asociada a los habituales déficits de piezas de repuesto, que inciden en los mantenimientos y las reparaciones.
Aunque el bloqueo económico, comercial y financiero que nos aplica Estados Unidos sigue vigente, la nación cumplió sus obligaciones de pago con acreedores y proveedores extranjeros, y esto ensancha la credibilidad de la economía y abre puertas al crédito.
En el orden doméstico, Raúl reconoció que los precios de los alimentos de origen agropecuario crecen más que el salario medio. Esto, lógicamente, afecta el nivel de vida de las familias, sobre todo las de menores ingresos.
En realidad los precios en los mercados agropecuarios, incluidos los sectores estatal, cooperativo y privado, son inseparables de los que cobran los establecimientos estatales conocidos popularmente como “shopping”, y con la baja oferta que prevalece en renglones de alta demanda, relación que obviamente es influida por las compras del creciente sector de la gastronomía, en cualquiera de las modalidades que conocemos, ya sea en restaurantes estatales o privados.
De todas formas el balance económico, aunque sucinto, nos permite afirmar que el país ha dado un estimulante pasito adelante en el primer semestre. (TVY)(24/07/15)
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