“Tendremos a Alina Rodríguez para toda la vida”, aseguró hoy su colega de memorables actuaciones y entrañable amigo Enrique Molina, momentos después de que las cenizas de la popular actriz fueran echadas al mar.
Aledaño al Torreón de la Chorrera, cerca de la desembocadura del río Almendares, fueron depositados los últimos restos de quien se ganó el cariño, respeto y admiración del pueblo cubano y de muchos otros en el mundo por sus excelencias artísticas y excepcionales condiciones como ser humano, reseña Octavio Borges en el siotio digital Cubadebate, que cita a la AIN.
Molina afirmó que Alina fue una actriz que no hizo más que entregar su trabajo a este país con todas las fuerzas de su alma y que gracias a la televisión y al cine se podrá disfrutar por siempre de su arte.
Una lluvia de girasoles y mariposas blancas acompañaron las cenizas de Alina, después que su hijo Hugo Reyes las dejara caer sobre las olas y estrallara contra el arrecife la urna que las contenía.
Numerosos compañeros de trabajo, amigos y admiradores acudieron a ese sitio del Malecón habanero a dar el último adiós a quien inscribió en la memoria colectiva de la cultura cubana una pléyade de personajes inolvidables como la maestra Carmela, de la película Conducta, la María Antonia, de la cinta homónima, la Lala Fundora de Contigo pan y cebolla o la Justa de la telenovela Tierra Brava.
Alina tiene desde hace mucho un sitio especial en el nicho de los tesoros de la cultura nacional y ahora con su paso a la eternidad, su obra, su vida y su ejemplo serán acicates permanentes para los cubanos y las personas de bien en el mundo, manifestaron muchos de los asistentes a este acto de despedida de la eximia artista.
Falleció víctima de cáncer
Alina Rodríguez, una de las actrices cubanas más relevantes de todos los tiempos, admirada por sus excepcionales dotes histriónicas y muy querida por su nobleza, como ser humano, falleció en La Habana, en el hospital Hermanos Amejeiras, víctima de cáncer.
Nacida en La Habana, el cuatro de octubre de 1951, uno de sus trabajos más valorados recientemente fue su personaje de la maestra Carmela en la multipremiada película Conducta, de Ernesto Daranas.
Entre los numerosos lauros que mereció por su Carmela, figura el de Mejor Actriz, otorgado por El Havana Film Festival New York en 2014,
Alina fue muy versátil, tanto en el teatro como en el cine y la televisión y entregas suyas -como su protagónico en el filme Maria Antonia, de Sergio Giral-, constituyen hitos en el universo de las actuaciones en la Isla.
En las tablas dejó huellas memorables con obras como Contigo pan y cebolla, de Héctor Quintero o en su mítico mano a mano con Adolfo Llauradó en En el parque, del ruso Alexander Guelman.
La pequeña pantalla se prestigió con sus actuaciones en telenovelas aún recordadas como su personaje de Justa en Tierra Brava y en el campo de la enseñanza impartió clases de actuación y dirigió a profesionales y aficionados en varios proyectos con carácter comunitario.
Sobre su labor creativa, voces autorizadas han opinado muy favorablemente, como la muy reconocida actriz y conductora Consuelito Vidal quien expresó: ¡Qué tronco de actriz es esa Alina Rodríguez!, para los cubanos ¡tronco! de lo que sea, es lo máximo, la cima, esa es la protagonista de María Antonia.
En varias oportunidades esta excepcional intérprete declaró no tener preferencias por personaje alguno sino que su sueño profesional siempre ha sido hacer cosas buenas.
“No tengo nada en específico que desee, no tengo un personaje, pero sí me interesan los roles que dicen cosas, que tienen algo que decir interesante, que hagan reflexionar a la gente, que los mueva, que sea un personaje bueno y un guión bueno, algo que no siempre ocurre, siempre no nos toca", expresó a la prensa en una ocasión.
El deceso de Alina constituye una gran pérdida para la cultura cubana.
(TVY)(RPB)(Cubadebate)(web de la AIN)(29/07/15)
Aledaño al Torreón de la Chorrera, cerca de la desembocadura del río Almendares, fueron depositados los últimos restos de quien se ganó el cariño, respeto y admiración del pueblo cubano y de muchos otros en el mundo por sus excelencias artísticas y excepcionales condiciones como ser humano, reseña Octavio Borges en el siotio digital Cubadebate, que cita a la AIN.
Molina afirmó que Alina fue una actriz que no hizo más que entregar su trabajo a este país con todas las fuerzas de su alma y que gracias a la televisión y al cine se podrá disfrutar por siempre de su arte.
Una lluvia de girasoles y mariposas blancas acompañaron las cenizas de Alina, después que su hijo Hugo Reyes las dejara caer sobre las olas y estrallara contra el arrecife la urna que las contenía.
Numerosos compañeros de trabajo, amigos y admiradores acudieron a ese sitio del Malecón habanero a dar el último adiós a quien inscribió en la memoria colectiva de la cultura cubana una pléyade de personajes inolvidables como la maestra Carmela, de la película Conducta, la María Antonia, de la cinta homónima, la Lala Fundora de Contigo pan y cebolla o la Justa de la telenovela Tierra Brava.
Alina tiene desde hace mucho un sitio especial en el nicho de los tesoros de la cultura nacional y ahora con su paso a la eternidad, su obra, su vida y su ejemplo serán acicates permanentes para los cubanos y las personas de bien en el mundo, manifestaron muchos de los asistentes a este acto de despedida de la eximia artista.
Falleció víctima de cáncer
Alina Rodríguez, una de las actrices cubanas más relevantes de todos los tiempos, admirada por sus excepcionales dotes histriónicas y muy querida por su nobleza, como ser humano, falleció en La Habana, en el hospital Hermanos Amejeiras, víctima de cáncer.
Nacida en La Habana, el cuatro de octubre de 1951, uno de sus trabajos más valorados recientemente fue su personaje de la maestra Carmela en la multipremiada película Conducta, de Ernesto Daranas.
Entre los numerosos lauros que mereció por su Carmela, figura el de Mejor Actriz, otorgado por El Havana Film Festival New York en 2014,
Alina fue muy versátil, tanto en el teatro como en el cine y la televisión y entregas suyas -como su protagónico en el filme Maria Antonia, de Sergio Giral-, constituyen hitos en el universo de las actuaciones en la Isla.
En las tablas dejó huellas memorables con obras como Contigo pan y cebolla, de Héctor Quintero o en su mítico mano a mano con Adolfo Llauradó en En el parque, del ruso Alexander Guelman.
La pequeña pantalla se prestigió con sus actuaciones en telenovelas aún recordadas como su personaje de Justa en Tierra Brava y en el campo de la enseñanza impartió clases de actuación y dirigió a profesionales y aficionados en varios proyectos con carácter comunitario.
Sobre su labor creativa, voces autorizadas han opinado muy favorablemente, como la muy reconocida actriz y conductora Consuelito Vidal quien expresó: ¡Qué tronco de actriz es esa Alina Rodríguez!, para los cubanos ¡tronco! de lo que sea, es lo máximo, la cima, esa es la protagonista de María Antonia.
En varias oportunidades esta excepcional intérprete declaró no tener preferencias por personaje alguno sino que su sueño profesional siempre ha sido hacer cosas buenas.
“No tengo nada en específico que desee, no tengo un personaje, pero sí me interesan los roles que dicen cosas, que tienen algo que decir interesante, que hagan reflexionar a la gente, que los mueva, que sea un personaje bueno y un guión bueno, algo que no siempre ocurre, siempre no nos toca", expresó a la prensa en una ocasión.
El deceso de Alina constituye una gran pérdida para la cultura cubana.
(TVY)(RPB)(Cubadebate)(web de la AIN)(29/07/15)
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