De pequeño no soñó con héroes ni con juguetes pomposos, tal vez porque tuvo la dicha de nacer en una familia humilde que le enseñó a apreciar la naturaleza en el campo, y el único personaje al que quiso imitar fue a su padre, protagonista de sus días y guerrero en las más difíciles batallas.
Para encontrar a Héctor Delgado Arregoitía se necesita desandar caminos y carreteras hasta llegar a la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 28 de Enero, en el municipio matancero de Calimete, a unos 200 kilómetros al sureste de La Habana.
El Héroe del Trabajo de la República de Cuba recuerda con nostalgia los tiempos de su niñez cuando acompañaba en la carreta a su progenitor, obrero agrícola y le repetía sin cesar: “en el campo siempre hay algo que hacer”.
Así, aprendió a sembrar, regar, cultivar la tierra, experiencia que lo hizo dedicar su vida a la agricultura.
Se destacó en el corte de caña hasta los 26 años de edad cuando lo eligieron organizador de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en su natal terruño.
Por 10 años presidente de la organización campesina en el municipio, durante los cuales ganó respeto y consideración de sus coterráneos y fue ardua la labor por incorporar a los lugareños al movimiento cooperativo.
“Este devino un complejo proceso que demandó mucha paciencia y constancia para lograr nuestros objetivos y cumplir con la tarea orientada por la Revolución”, narra Delgado mientras deja ver unas manos curtidas y fuertes.
Desde 1988, Héctor, de apariencia ruda y nobleza ilimitada, dirige la CPA que recuerda la fecha del nacimiento de José Martí, y bajo su batuta exhiben resultados halagüeños. Ostentan la condición de Vanguardia Nacional por 15 años consecutivos.
“Pero estos méritos no han sido fáciles de conquistar, requiere de mucho trabajo todos los días, de sol a sol, y parte de la noche”.
La jornada comienza para este hombre a las cuatro de la madrugada, se viste de trabajo y emprende la faena diaria hasta que el ocaso le anuncie que es hora de volver a casa con los suyos.
Mayo inspira celebraciones para los campesinos cubanos, pero este año 2015 el día 17 del mes trajo sorpresas especiales para Héctor, no solo porque participó en el XI Congreso de la ANAP; sino también porque la obra de toda su existencia lo convirtió en el héroe de muchos.
Su pueblo, que lo reconoce, le otorgó la más alta distinción que concede el Consejo de Estado a trabajadores destacados en la actividad laboral, el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
“Yo no esperaba ese galardón y nunca he trabajado para obtener méritos. Mi espíritu fue siempre el de cumplir y lo seguiré haciendo hasta que la salud me lo permita”, confiesa emocionado mientras sus ojos brillan de un modo diferente.
El miércoles 20 de mayo despertó como siempre antes del amanecer, pero esta vez su hijo no le permitió ir a trabajar. Héctor después de resistirse a esta decisión logró ceder al convencimiento de su esposa y descendencia, y esperó ansioso la llegada del sol para partir hacia la cooperativa.
“Lo que no me imaginaba era que allí me esperaban todos los trabajadores, funcionarios del Partido y el pueblo calimetense en general para darme la bienvenida tras recibir la condecoración en el Congreso”, sonríe al contar la anécdota.
Tiene 70 años de edad, 56 de ellos consagrados al trabajo agrícola, en especial a la producción cañera, muchas medallas y reconocimientos, una historia. Héroe del Trabajo y de la vida, modelo de dedicación y constancia, padre y esposo ejemplar, Héctor Delgado es un cubano de su tiempo. (Por: Lys Máriam Alfonso Bergantiño, estudiante de periodismo)(TVY)(RPB)(Web AIN)(07/07/15)
Para encontrar a Héctor Delgado Arregoitía se necesita desandar caminos y carreteras hasta llegar a la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 28 de Enero, en el municipio matancero de Calimete, a unos 200 kilómetros al sureste de La Habana.
El Héroe del Trabajo de la República de Cuba recuerda con nostalgia los tiempos de su niñez cuando acompañaba en la carreta a su progenitor, obrero agrícola y le repetía sin cesar: “en el campo siempre hay algo que hacer”.
Así, aprendió a sembrar, regar, cultivar la tierra, experiencia que lo hizo dedicar su vida a la agricultura.
Se destacó en el corte de caña hasta los 26 años de edad cuando lo eligieron organizador de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en su natal terruño.
Por 10 años presidente de la organización campesina en el municipio, durante los cuales ganó respeto y consideración de sus coterráneos y fue ardua la labor por incorporar a los lugareños al movimiento cooperativo.
“Este devino un complejo proceso que demandó mucha paciencia y constancia para lograr nuestros objetivos y cumplir con la tarea orientada por la Revolución”, narra Delgado mientras deja ver unas manos curtidas y fuertes.
Desde 1988, Héctor, de apariencia ruda y nobleza ilimitada, dirige la CPA que recuerda la fecha del nacimiento de José Martí, y bajo su batuta exhiben resultados halagüeños. Ostentan la condición de Vanguardia Nacional por 15 años consecutivos.
“Pero estos méritos no han sido fáciles de conquistar, requiere de mucho trabajo todos los días, de sol a sol, y parte de la noche”.
La jornada comienza para este hombre a las cuatro de la madrugada, se viste de trabajo y emprende la faena diaria hasta que el ocaso le anuncie que es hora de volver a casa con los suyos.
Mayo inspira celebraciones para los campesinos cubanos, pero este año 2015 el día 17 del mes trajo sorpresas especiales para Héctor, no solo porque participó en el XI Congreso de la ANAP; sino también porque la obra de toda su existencia lo convirtió en el héroe de muchos.
Su pueblo, que lo reconoce, le otorgó la más alta distinción que concede el Consejo de Estado a trabajadores destacados en la actividad laboral, el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
“Yo no esperaba ese galardón y nunca he trabajado para obtener méritos. Mi espíritu fue siempre el de cumplir y lo seguiré haciendo hasta que la salud me lo permita”, confiesa emocionado mientras sus ojos brillan de un modo diferente.
El miércoles 20 de mayo despertó como siempre antes del amanecer, pero esta vez su hijo no le permitió ir a trabajar. Héctor después de resistirse a esta decisión logró ceder al convencimiento de su esposa y descendencia, y esperó ansioso la llegada del sol para partir hacia la cooperativa.
“Lo que no me imaginaba era que allí me esperaban todos los trabajadores, funcionarios del Partido y el pueblo calimetense en general para darme la bienvenida tras recibir la condecoración en el Congreso”, sonríe al contar la anécdota.
Tiene 70 años de edad, 56 de ellos consagrados al trabajo agrícola, en especial a la producción cañera, muchas medallas y reconocimientos, una historia. Héroe del Trabajo y de la vida, modelo de dedicación y constancia, padre y esposo ejemplar, Héctor Delgado es un cubano de su tiempo. (Por: Lys Máriam Alfonso Bergantiño, estudiante de periodismo)(TVY)(RPB)(Web AIN)(07/07/15)
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