El nacimiento de la iglesia coincide con la fundación de la ciudad el 12 de octubre de 1693, a partir de la bendición de su primera piedra por Don Diego Avelino de Compostela junto al gobernador Don Severino de Manzaneda, día en el cual se levantó el altar y se colocó la cruz.
En esos primeros tiempos se construyó un templo provisional de guano situado en la esquina de las calles Milanés y Jovellanos, poniendo la campana en una horca de madera mientras se edificaba la iglesia de mampostería.
El edificio quedó construido en 1695 pero en 1712 fue destruido por una tempestad, años más tarde es que se rescata. Don Sebastián Luis Benítez es el primer sacerdote de la parroquia, según los historiadores. En espera del fin de la construcción, los oficios y prácticas religiosas se realizaban en una casa particular, en lo que hoy es calle Medio.
En 1725 se empezó la construcción de la actual con la ayuda de una suscripción de vecinos, la catedral de San Carlos Borromeo de Matanzas quedó concluida en 1736. En 1801 se le colocó una torre y en 1855 recibe la forma que conserva hasta nuestros días, siendo su párroco Jacinto Martínez; gracias a donaciones especiales se construyeron dos capillas laterales al altar mayor y el piso se hizo de mármol.
Aún la bella estructura conserva objetos que le fueron donados, tal es el caso de dos atriles de plata cristoff comprados en París por el notario eclesiástico Don Fernando Sishka. Hacia 1880 su parque vecino fue reanimado con vegetación frondosa y en 1912 fue elevada al rango de Catedral, se ejecutaron importantes arreglos, entre ellas las pinturas murales que adornaban sus interiores.
Actualmente se encuentra en una etapa de restauración, que según Adrián López González, expresó no tener una fecha específica para la terminación de proceso de restauración por lo complejo del mismo, pero se piensa que para el próximo año, los matanceros puedan contar con su catedral.
(Por: Gustavo Rodríguez Luque)
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