Cientos de animales de piedra, esculpidos por el escultor autodidacta Ángel Iñigo Blanco y su hijo Ángel Íñigo Pérez, se sumergen a la vista del único zoológico de su tipo en el mundo. Ubicado en Yateras a 24 kilómetros de la ciudad de Guantánamo el visitante se encuentra rodeado de inimaginables figuran que desorbitan por su parecido real a los animales que representan. Incluso su tamaño engrandecido en algunos desorbita los márgenes de la imaginación.
A cada paso nuevas esculturas se vislumbran en un entorno selvático. Entre los primeros brotaron leones, elefantes, una gigantesca serpiente luchando contra un toro, un simio de proporciones descomunales delante de su gruta y hasta diminutos animalitos, ahora entre humanos, fieras y animales domésticos pasan de 426 los que habitan este singular lugar.
Para escalar hasta la parte más alta del lugar es necesario recorrer 324 escalones y 245 al regreso. Pero a pesar del largo camino, los visitantes lo hacen con gusto por la belleza del sorprendente trabajo escultórico que manos humanas realizaron.
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