Lucía Huergo, una de las grandes creadoras de la música cubana, pionera de tendencias,
experimentadora, con sello personal multifacético, original y muy agudo, falleció en la madrugada del viernes , en La Habana, víctima de un carcinoma de pulmón.
Lucía (noviembre de 1951) fue una diestra instrumentista del saxofón soprano, la flauta, el clarinete, el oboe, los teclados electrónicos y el universo de la computación y las programaciones, arreglista, compositora y productora; dejó una huella indeleble en la espiritualidad criolla y por su
estudio Lucero Record desfiló lo más auténtico de la música creada en este país, reseña Octavio Borges en la web de la AIN.
Clásicos son composiciones suyas como “Asoyín” y “Meregguo”, que aparecen en el disco Ancestros de 1987 con el grupo Síntesis, que muchos bautizaron como nueva tendencia del rock cubano.
Con sólidos conceptos musicales, un rigor admirable y una inquietud creativa ajena a los límites, a Lucía Huergo deben mucho sus colegas músicos y el patrimonio sonoro cubano, por ella enriquecido como compositora, instrumentista y las otras muchas facetas que cultivó como artista y como ser humano noble y generoso.
Entre sus más recientes entregas figura la música original para la coreografía Punto ciego, de la gran bailarina y coreógrafa Rosario Cárdenas, en la que Lucía captó las inquietudes existenciales de los seres humanos de esta época, el riesgo de dejar de percibir asuntos vitales ante la dinámica enloquecida de los tiempos y la necesidad de estar alertas ante la realidad sin deshumanizarnos.
Irreparable resulta la partida de Lucía Huergo, aunque su rico legado la mantendrá viva en la identidad más auténtica de los cubanos.
experimentadora, con sello personal multifacético, original y muy agudo, falleció en la madrugada del viernes , en La Habana, víctima de un carcinoma de pulmón.
Lucía (noviembre de 1951) fue una diestra instrumentista del saxofón soprano, la flauta, el clarinete, el oboe, los teclados electrónicos y el universo de la computación y las programaciones, arreglista, compositora y productora; dejó una huella indeleble en la espiritualidad criolla y por su
estudio Lucero Record desfiló lo más auténtico de la música creada en este país, reseña Octavio Borges en la web de la AIN.
Clásicos son composiciones suyas como “Asoyín” y “Meregguo”, que aparecen en el disco Ancestros de 1987 con el grupo Síntesis, que muchos bautizaron como nueva tendencia del rock cubano.
Con sólidos conceptos musicales, un rigor admirable y una inquietud creativa ajena a los límites, a Lucía Huergo deben mucho sus colegas músicos y el patrimonio sonoro cubano, por ella enriquecido como compositora, instrumentista y las otras muchas facetas que cultivó como artista y como ser humano noble y generoso.
Entre sus más recientes entregas figura la música original para la coreografía Punto ciego, de la gran bailarina y coreógrafa Rosario Cárdenas, en la que Lucía captó las inquietudes existenciales de los seres humanos de esta época, el riesgo de dejar de percibir asuntos vitales ante la dinámica enloquecida de los tiempos y la necesidad de estar alertas ante la realidad sin deshumanizarnos.
Irreparable resulta la partida de Lucía Huergo, aunque su rico legado la mantendrá viva en la identidad más auténtica de los cubanos.
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