Así, nos enteramos que una investigación de la Contraloría en la provincia de Camagüey detectó y denunció presuntos delitos y corrupción en la Empresa de Comercio Minorista y en algunas de sus estructuras intermedias de dirección en el municipio de Minas.
Agrega la nota publicada originalmente en el semanario Adelante, editado en Camagüey, que la falta de control, de exigencia, de fiscalización y el ambiente de desorganización, propiciaron un faltante en efectivo ascendente a 723 mil 359 pesos en la unidad La Terraza, centro conformado por un ranchón, una pista de baile, termos móviles de cerveza y otros locales.
Según la fuente, la inspección de la Contraloría atribuye la responsabilidad máxima a la actuación fraudulenta y corrupta del administrador y de la contadora del centro gastronómico.
Se admite que una fuente anónima dio pie a la investigación que detectó irregularidades de diversos tipos en el manejo de productos y la falta de control generalizada a diversas instancias administrativas, cuya indolencia se refleja en la falta de supervisión y la prolongación de los hechos delictivos detectados, por los que deberán responder los implicados ante los órganos administrativos y penales que correspondan. Repasemos: una denuncia anónima desató la investigación. Reflexionemos: Parece que investigar una denuncia, venga de donde venga, no tiene momento fijo para los encargados de velar por el control, el orden y la legalidad, ya sea en Camagüey, en Matanzas o en cualquier otra parte de nuestro país.
(Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(27/05/15)
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