Decisiones, razones y…perretas

A la esperada decisión del presidente Barack Obama el 14 de abril de cursar al Congreso de su país disposición de sacar a Cuba de la increíble lista de países que Estados Unidos considera patrocinadores del terrorismo, siguió, como también era de esperar, las rabietas habituales por parte de figurines de origen cubano- americano, representantes del la mal oliente  extrema derecha  para oponerse con ladridos y aullidos a que Cuba sea excluida de una lista de sancionados en la que aparece por obra y gracia de ejercicio imperial,  y en la que  nunca debió estar.
El trámite ante el Congreso es protocolar. En 45 días se confirmará la orden ejecutiva que suprime restricciones y sanciones arbitrarias que ha padecido la nación cubana en sus vínculos económicos, comerciales y financieros con otros países y entidades extranjeras.
Como recuerda la  Cancillería cubana, nuestro país ha sido víctima de centenares de actos terroristas, que han costado la vida a 3 478 personas y han incapacitado a 2 099 ciudadanos cubanos.
Cuba recordó que rechaza y condena todos los actos de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, así como cualquier acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir actos terroristas.
Y en este contexto, en el que igualmente el gobierno español ha certificado la recta actitud de Cuba, no podían faltar el aspirante al hacha del verdugo, Marquito Rubio, novísimo aspirante a la candidatura presidencial republicana estadounidense para 2016,  recordándole  a  las momias amigas de sus amigos  que lo de él es el lado más extremo de la extrema derecha, y que se opone a lo que haga el demócrata que ocupa el sillón  presidencial al que él aspira.
En  igual sentido ladraron Bob Menéndez  y Mario Díaz Balart, y aulló la loba feroz, Ileanita Ross -Lethinen,  todos haciendo el ridículo al corear  que “Cuba amenaza la seguridad estadounidense”.
Del otro lado de la actualidad norteña y latinoamericana, las agencias de prensa citan un aluvión de opiniones cuerdas, de presidentes, congresistas y ciudadanos de a pie, que aplauden la razón del acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, y la justicia que se vislumbra para los cubanos, y que no estará completa hasta que sea suprimido el genocida bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace 56 años atenaza a las familias cubanas.(Por: Roberto Pérez Betancourt)(17/04/15)

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