Roberto Pérez Betancourt
Los matanceros, como casi todos los cubanos gustan de la pelota y de la política. Por eso, al quedar su equipo fuera de la gran final del béisbol nacional, lo que sin mediatintas fue una decepción para la gran fanaticada yumurina, sin desconocer el mérito de Tigres avileños –finalmente campeones-, y Piratas isleños, lo cierto es que la Cumbre de las Américas acaparó el decir en esquinas y parques, paradas de ómnibus, tertulias de receso laboral, y a veces sin receso…
Cómo sustraerse a un acontecimiento que sentó frente a frente nada menos que a Barack Obama y a Raúl Castro para hablar de lo humano y lo divino.
Allí Raúl dijo, porque lo tengo bien anotado, que Cuba está dispuesta a discutir de todo, incluso sobre derechos humanos y libertad de prensa. De esas y de otras cuestiones, de Cuba y también de Estados Unidos, porque de todo se puede discutir si se hace de mutuo respeto.
En la reunión entre ambos mandatarios se pusieron cartas sobre la mesa y se descongeló “el qué será” para reconocer, como también reiteró Raúl: “Puede ser que nos convenzamos de algunas cosas, pero de otras no”, y enseguida advirtió que no hay que hacerse ilusiones, pero Cuba está dispuesta a avanzar en las reuniones para establecer relaciones diplomáticas, la apertura de las embajadas, al aumento de las visitas entre los dos pueblos, y a practicar todas las cuestiones propias de “vecinos tan cercanos”.
En consecuencia, Obama admitió que después de 50 años (en realidad son más de 56) ha llegado el momento de algo nuevo, y reconoció la importancia de mantener el contacto entre ambos pueblos, y más enfático aun cuando el Presidente estadounidense afirmó: “Estamos en el camino hacia el futuro, dejaremos en la espalda las cosas que hicieron el pasado complicado”.
Todo esto, por supuesto, sin que ambos mandatarios dejaran de reconocer la persistencia de diferencias profundas y significativas, lo que no impedirá avanzar y sumar más que restar, a pesar de los malignos de extrema derecha, y de la puja que ya se inicia en Estados Unidos por la nominación presidencial de cara a 1916, porque, no nos durmamos sobre los laureles, serán esos unos comicios cuyos resultados podrían hacer avanzar mucho más todo lo que hoy se construye, o en otro caso revertir el desarrollo logrado… (TVY)(15/04/15)
Publicar un comentario