Según a la hora que comamos ello repercutirá positivamente en nuestra salud o no tanto. Al menos es lo que ocurre en un experimento con moscas de la fruta realizado por la Universidad Estatal de San Diego y del Instituto Salk, cuyos resultados han sido publicados en la revista Science.
Las moscas de la fruta tienen una esperanza de vida media de un mes. Pues bien, en el laboratorio dividieron las moscas en dos grupos. Al primero se le alimentó con dieta de maíz las 24 horas al día, y al segundo grupo solo durante 12 horas al día. Las moscas del segundo grupo tuvieron mejores patrones de sueño, no ganaron tanto peso como las otras y sus corazones eran mucho más saludables.
Una vez demostrado esto, los investigadores secuenciaron el ARN de las moscas en varios puntos del experimento para encontrar qué sus genes habían cambiado como resultado de la alimentación de tiempo restringido. Ahora bien, si los patrones de alimentación en las moscas parece influir en su salud, ¿ocurriría lo mismo en los seres humanos? (Por: José Miguel Solís)
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