El aire, escenario del encuentro de dos desconocidos: Blanca y Justo, establece más que la distancia entre Miami y La Habana, representa un vuelo imaginario donde la añoranza por Cuba encierra una historia común para sus personajes.
La puesta en escena cala en las emociones generadas por el conflicto de pertenecer aquí o allá, a la vez que entrega al público una dosis de humor y hasta un posible romance entre Blanca, personaje asumido por Miriam Muñoz y el de Justo, por Francisco Rodríguez.
Otra arista dentro de la trama es la ausencia de los hijos de ambos protagonistas marcada por la homosexualidad que los enfrenta a un viaje sin retorno en la búsqueda de delimitar espacios para crear una vida en común o no.
Esta obra cierra el ciclo de una trilogía escrita por Gilberto Subiaurt, a la que anteceden Tierras y Aguas, definidas las tres por la vivencia de este actor en Estados Unidos.
Aires muestra la puesta en escena de una historia profunda y espontánea en consonancia con la realidad del cubano de estas dos tierras, separadas por agua y aire pero unidas en un mismo sentir: La Patria. (Por: Gemma Carballo).
La puesta en escena cala en las emociones generadas por el conflicto de pertenecer aquí o allá, a la vez que entrega al público una dosis de humor y hasta un posible romance entre Blanca, personaje asumido por Miriam Muñoz y el de Justo, por Francisco Rodríguez.
Otra arista dentro de la trama es la ausencia de los hijos de ambos protagonistas marcada por la homosexualidad que los enfrenta a un viaje sin retorno en la búsqueda de delimitar espacios para crear una vida en común o no.
Esta obra cierra el ciclo de una trilogía escrita por Gilberto Subiaurt, a la que anteceden Tierras y Aguas, definidas las tres por la vivencia de este actor en Estados Unidos.
Aires muestra la puesta en escena de una historia profunda y espontánea en consonancia con la realidad del cubano de estas dos tierras, separadas por agua y aire pero unidas en un mismo sentir: La Patria. (Por: Gemma Carballo).
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