La magia del metal

Una libélula, un bici-taxi y un candelabro nacen de entre pedazos de hierro para convertirse en verdaderas obras de arte. Y es que Ángel Coto aprovecha bien cada desecho de su trabajo como mecánico a la hora de crear piezas de valor estético.
Con el sonido de algunos golpes comienza la labor de la orfebrería después de concebir una idea previa. Al principio sus seres más cercanos se mantuvieron escépticos, ante su vista se revelaba la chatarra sin ninguna forma. Hasta que sobre la base del bronce y estaño Coto reproduce imágenes de la cotidianidad inmortalizadas, dotándolas de vida eterna.
El manejo del metal con esos fines deviene en cultura milenaria; sin embargo este artista la descubrió hace tan solo unos meses y desde entonces se apoderó de ella. Cuenta que por su formación empírica, en los inicios le costó un poco de trabajo dominar el material y transformarlo en lo que imaginaba, el tiempo posibilitó que se familiarizara con los instrumentos y lo que puede parecer basura constituye hoy el cuerpo de las más deslumbrantes creaciones.
Debutó en el Salón Provincial de Artes Plásticas Uver Solís, del municipio de Jovellanos y en esa ocasión resultó multipremiado con el galardón que otorga la ACAA, el de la galería y el que a su juicio constituye el máximo laureo, el voto del público.
Ahora prepara una colección para próximas exposiciones. Su carrera, aunque es corta promete para el futuro, quién sabe si cuando no nos encontremos en este mundo, todavía prevalezca su obra y sea representativa del arte del siglo XXI. Mientras tanto los invito a que disfruten de las piezas de Ángel Coto, el que sabe transformar lo sucio en oro.(Por: Lilian Casabona Dihigo, estudiante de Periodismo)



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