Son personas que han visto como con los años se han afectado los programas de asistencia, mientras crecen los gastos militares y las ayudas a las grandes compañías .
De acuerdo con la fundación Pensar en números, los programas tradicionales de beneficios sociales solo representan 59.000 millones, mientras que los subsidios a las corporaciones, sin contar los 700.000 millones invertidos para salvar a los bancos en 2008, son de 92.000 millones por año.
A eso hay que sumarle que el país ha gastado en las guerras llevadas a cabo tras los atentados terroristas de septiembre de 2001 más de un millón de millones de dólares.
Un estudio del Congreso norteamericano, difundido el pasado año, reveló que la cifra incluye el costo de las operaciones militares, el apoyo a las bases, el mantenimiento del armamento, el entrenamiento de fuerzas de seguridad iraquíes y afganas, la reconstrucción, ayuda exterior y costos de las embajadas.
Para algunos la cifra resulta conservadora, pues otras investigaciones afirman que el costo de las guerras en Irak y Afganistán, así como la asistencia para Pakistán, asciende a más de 4 millones de millones de dólares, incluidos costos de salud para veteranos discapacitados e intereses de la deuda relacionada con las intervenciones.
El costo estimado anual por cada soldado norteamericano en estos conflictos bélicos supera el millón de dólares, gasto que sigue creciendo una vez finalizadas las hostilidades, pues numerosos veteranos deben recibir ayuda médica o por discapacidad.
Así tenemos que el presupuesto militar para 2015 es de un total de 578 mil millones de dólares e incluye gastos para el ejército de unos 496 mil millones, más 64 mil millones para conflictos en el extranjero, incluido Afganistán y el entrenamiento de las fuerzas de seguridad de Irak.
Ya varios expertos han advertido sobre la nefasta relación entre gasto militar y situación económica.
Al respecto estiman en el momento del estallido de la crisis en 2008, el gobierno invertía una excesiva cantidad de dinero en proyectos militares, al tiempo que se mantenían bajos los impuestos a los ricos.
Afirman que a causa del excesivo gasto militar se dejó de invertir en asuntos sociales claves, lo que ha llevado un deterioro alarmante del sistema de educación y de la salud pública, mientras que la industria manufacturera civil ha perdido competitividad, aseguran los analistas, que estiman que Estados Unidos abandonó la batalla contra la pobreza.(Por: María Josefina Arce)(12/02/15)
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