Procesos como la emisión de gases de efecto invernadero, el aumento de la temperatura media anual y la disminución o exceso de las precipitaciones, constituyen algunos signos de alerta ofrecidos en los últimos tiempos por la Naturaleza, reseña Dayarys García Chirino en la web de la AIN.
Un tema tan amplio como complejo, sobre el que ofrece sus consideraciones el Doctor en Ciencias Luis Raúl Paz Castro, especialista del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, con amplia experiencia profesional y activo investigador dentro de la institución científica.
El reforzamiento de la variabilidad climática, según estimó el profesor, puede conducir a un conjunto de impactos físicos sobre las poblaciones.
“Sólo el aumento del nivel del mar amenaza con inundar áreas, limitar zonas de asentamientos, influir sobre la forma en que cultivamos hoy e implicar la desaparición de biodiversidad.
Los estados insulares son los que afrontan mayores riesgos, incluso de desaparición, con ese fenónemo que ya han constatado estudios científicos serios.
“Las previsiones incluso pronostican aún mayores migraciones que las actuales de lugares que serían inhabitables o donde los medios de vida, tales como la agricultura, no se podrán practicar.
“Unido a eso, el propio desarrollo humano está acentuando el cambio climático porque somos grandes consumidores de energía y en consecuencia emisores de gases contaminantes.
“De igual modo el crecimiento poblacional elimina cada vez, más áreas boscosas, por tanto se reducen los sumideros de dióxido de carbono (CO2)”.
En opinión del experto, la Humanidad está obligada a cambiar las formas por las cuales se desarrolla, asumir la utilización de fuentes renovables de energía, proteger los recursos naturales e incorporar nuevas prácticas de cultivos, entre muchas otras alternativas.
Adoptar un comportamiento más responsable con nuestro medio ambiente, dijo, exige ahorro de todas las riquezas aún a nuestra disposición.
“Quizás ahí está el problema más difícil de resolver, el de modificar el estilo de vida derrochador de mucha gente”.
Al referirse a los cambios climáticos visibles hoy en Cuba el especialista ponderó el aumento de las temperaturas, la modificación de los patrones lluviosos con respecto al período seco y la elevación del nivel del mar.
Asociado a esos problemas se deberán trazar estrategias para enfrentar la salinidad de las fuentes de abasto “los acuíferos de Cuba están abiertos al mar y la salinización tierra adentro va a disminuir la calidad del agua, líquido imprescindible para la vida”.
“Otro riesgo, sin contar los que pudiera tener sobre la salud de la población cubana, guarda relación con el azote de huracanes intensos, cada vez con más frecuencia”.
De modo que la adaptación a los fenómenos naturales se presenta hasta ahora como la solución más viable, en ese sentido el doctor Paz Castro exhortó a integrar toda la información disponible sobre el clima al planeamiento de la economía.
“Si sabemos de la posibilidad de un aumento de la temperatura y de escenarios a largo plazo de más cuatro grados de temperatura y menos lluvias entre un 10 y 50 por ciento, ese resultado hay que incorporarlo a los planes de desarrollo.
“También en el orden operativo deben usarse los resultados investigativos para tomar decisiones mejor pensadas desde la ciencia.
“Ahora hacemos mayor número de acciones que años atrás, pero la alerta nos debe conducir a realizarlas mejor, teniendo en cuenta un clima cambiante, con tendencia a ser más severo al que ahora tenemos.
“La preparación es clave para actuar antes y no después, así como para poner el conocimiento en función de enfrentar los peligros de origen climático”. (Tomado de la AIN)(19/01/15)
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