Anoche asistí al Estadio Victoria de Girón sin cámara y micrófono. En los últimos años lo hice siempre buscando la entrevista para reflejar a los televidentes cada acontecimiento en el partido de béisbol.
Tuve la oportunidad de recordar mis visitas con apenas 10 años junto a mi abuelo paterno, que por cierto, en todo me complacía.
A la mente me vinieron los fildeos de Baró, los batazos de Junco y Julio Germán, los ponches de ´´tati´´Valdés y los buenos fildeos de Lázaro Contreras con su poderoso brazo desde los jardines.También recordé, cuando un tiempo atrás perdíamos casi todos los juegos y unos pocos matanceros presenciaban los desafíos.
Ahora todo vuelve a ser alegría, con un equipo que en los 26 desafíos en casa se ha impuesto en 22, que siempre está entre los grandes, aunque todavía le falta el título acariciado.
Que tremendo conjunto el de los cocodrilos, cuanta disciplina y cohesión.
Hoy volveré al estadio deseoso de ver a matanzas y a su gran rival con Norge Luis Ruiz en la lomita contraria. Las estadísticas dicen que después de ocho éxitos consecutivos la derrota se hará presente en cualquier momento, pero cuando se observa un equipo como el de los rojos, el fracaso ocasional no duele tanto.(Por: Alejandro Castellanos)(09/01/2014)
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