Estas plantas tubulares, de fácil construcción, funcionan en fincas de criadores porcinos de seis provincias y tienen entre sus ventajas la posibilidad de emplear el gas como combustible doméstico, lo cual representa un ahorro de 93 toneladas anuales de petróleo y unas 74 de gas licuado.
Omaida Cruz, funcionaria de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños , dijo a la AIN que estas instalaciones tienen una incidencia positiva en el cambio cultural de los campesinos.Los beneficios manifiestos de esta práctica, en cuanto al uso de los residuales como fertilizantes, la erradicación de malos olores y de vectores, permiten en los asentamientos rurales un mejor nivel de vida, aseveró.Para lograr un uso óptimo de los biodigestores e incorporarlos a la rutina diaria de los pecuarios cubanos, la organización mantiene un programa de capacitación sistemática que responde a las necesidades de cada criador y a las peculiaridades de las provincias, añadió.
Cruz agregó que el uso del gas metano en la cocción de los alimentos figura entre los mayores atractivos de la práctica y beneficia a las amas de casa rurales.
Significativo resulta el uso de los excedentes orgánicos de los animales en las tareas agrícolas por las posibilidades que ofrece de recuperar tierras degradadas, aseveró.
Olivia González, presidenta de la cooperativa de crédito y servicios Horacio Rodríguez, de Placetas, dijo que está probada la efectividad de la irrigación de los cultivos con los residuos de los digestores porque se logra un mayor desarrollo vegetativo de los sembrados y cosechas de mejor calidad.
El beneficio económico para los campesinos es grande, esos nutrientes se generan en la finca, lo cual significa que no tienen que invertir en su compra, por esa razón rebaja los costos de las colectas, aseguró.
La ganadera acotó que la puesta en marcha de este programa mejora de manera general la vida en su entidad. (Tomado de la Web AIN)(05/01/15)
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