El estadio Palmar de Junco se erige en el mismo sitio donde se jugó el deporte de las bolas y los strikes, por primera vez, oficialmente en Cuba. Continúa en la barriada de Pueblo Nuevo, desafiando al tiempo para que le procure resistir más años de los 150 que acumula. Pero este coliseo beisbolero, ya no es el mismo de antaño. El silencio, la desolación de las gradas vacías con peligro de derrumbe, el terreno abandonado con la hierba crecida, convierten a este Monumento Nacional (1991) en un lugar alejado en el olvido y casi desapercibido por el visitante.
Aún así en ese estado mantiene la condición de ser el terreno de béisbol más antiguo del mundo en activo. Es por ello que todo esfuerzo es poco para rescatar este patrimonio de la humanidad, actualmente en decadencia, y en tal sentido debiera crearse el Salón de la Fama en suelo matancero, aunque es un tema controversial, pues existe otra propuesta para el Estadio Latinoamericano.
Ese fue el propósito de los estudiantes mexicanos de arquitectura del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme (ITESCA), Enrique Moreno Vázquez y Jesús Brambila Zazueta, al presentar un novedoso proyecto de restauración y esbozo del Museo del Béisbol Cubano.
Ellos viajaron a la ciudad de Matanzas en el 2013 como parte de un curso de verano en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos (UMCC), rectorado por la Red Cubana de Marketing de Ciudad y Desarrollo Urbano, el Departamento de Ingeniería Civil de la UMCC, y por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Cuba (UNAICC).
“Este proyecto ya estaba propuesto por parte del Instituto Nacional del Deporte y Recreación (INDER) y nosotros fuimos invitados por parte de la Red Internacional de Marketing, y por uno de sus fundadores el Doctor José Pancorbo, ya que pertenecemos a un grupo estudiantil que es parte de la red”, comenta Jesús Brambila Zazueta.
Tuvieron como precedente un proyecto realizado por el arquitecto Miguel Fariñas a principios de la década del 90 que resultó ganador de un concurso, con el objetivo de dar vida al Museo del Beisbol Cubano, pero no se concretó debido a las limitaciones económicas que sufrió el país por el derrumbe del Campo Socialista y la llegada del denominado Período Especial.
También se inspiraron en el estadio neoyorquino de Cooperstown, que se insertó en una instalación ya edificada, a diferencia de este que tiene una expresión propia y original, además en proyectos de museos similares a nivel internacional y la consideración de especialistas de la provincia en diferentes tópicos, inclusive de la visión de una arquitecta del grupo de proyectos de La Habana Vieja.
“Consideraron los patrones actuales de la arquitectura ecológica y los
recursos constructivos locales para su concepción. Hay que tener en cuenta que sólo llegaron a una evaluación de proyectos en su etapa de concepción de ideas”, valoró el Doctor José Pancorbo.
La maqueta del ejercicio final la titularon “Diseño arquitectónico del Museo del Béisbol Cubano como instrumento para el diseño urbano, que expresa la identidad del barrio y la ciudad”, y la misma contribuye mediante una propuesta para el diseño arquitectónico del Palmar de Junco, además de fortalecer la imagen de la localidad.
La idea
En solo un mes realizaron el boceto conceptual. “Nosotros nos adaptamos al tiempo que te dan, al igual que hemos hecho con otros proyectos. Ha sido un reto, pero no por ser menos tiempo, va a ser menos calidad. El proyecto se presentó lo más abarcador posible en ese período”, aseguró Enrique Moreno Vázquez.
Los estudiantes extranjeros se adaptaron a las características de la Isla. “Aquí nos encontramos con limitaciones, las pocas posibilidades a la información, al no tener acceso a Internet, hizo más interesante el desarrollo del proyecto y nos condujo a indagar y preguntar todo lo que nos fuera posible para que tuviera la identidad requerida, en otro país hubiese sido diferente”, explicó Brambila Zazueta.
Una vez aclimatados se enfrentaron ante la disyuntiva de cómo proyectar sus ideas innovadoras en una instalación patrimonio histórico de Cuba, a la cual no se le podían hacer demasiadas modificaciones. “Nos asesoramos con historiadores que era un patrimonio de grado II, el cual puede sufrir una modificación, así aprovechamos para concebir nuestra idea más novedosa.
“Teníamos que proponer un equilibrio, algo que no fuera tan innovador porque perdería la identidad de la ciudad, pero tampoco hacer lo mismo porque sufriría críticas de que es igual a lo que todos hacen”, comentó Moreno.
Para concebir los conceptos de inspiración en el diseño utilizaron la pelota, la gorra de béisbol, la cancha de béisbol, la plata del home, que son típicos del deporte y le dan arraigo.
Uno de los elementos que resaltan en la propuesta son la sustentabilidad y la interacción con el medio ambiente, ya que propone la captura de aguas pluviales y el tratamiento de las aguas residuales del propio complejo, además de propiciar el uso de la energía solar desde la infraestructura hasta la generación de electricidad mediante celdas fotovoltaicas.
“La industria y la economía se imponen al clima. Todos los problemas medioambientales que existen en el mundo son porque la industria está desprotegiendo la naturaleza. Tenemos un calentamiento global y la capa de Ozono está cada vez más dañada, entonces todo lo nuevo que sea sustentable como son los paneles solares, capturas de aguas fluviales, que tal vez sea un poco más costoso, pero en un año se retribuye con la eficiencia energética y así ayudas al país, y a tu ciudad para que no haya tanta contaminación”, valoró Brambila Zazueta.
Es de destacar que se adecua a las condiciones del país y a las posibilidades de la industria nacional. Su estructura la diseñaron para que fuera con una cimentación de zapata corrida y bloque con revestimiento de polietileno. Esto requeriría un menor gasto de energía y aislaría el calor. La construcción de la edificación, considerada sustentable está valorada en alrededor de dos millones y medio de pesos, en moneda nacional.
El boceto arquitectónico consta de un vestíbulo, una sala polivalente, una biblioteca, una fototeca, una sala de premiación y un salón de la fama compuesto por cinco salas que realizan un paseo panorámico a través de la trayectoria y evolución del béisbol, desde el período pre-revolucionaria hasta la actualidad.
“Puede que para unos sea utópico por su costo, pero la utopía nos sirve para soñar e intentar hacer cosas, ya que el significado del Museo del Béisbol en Cuba es altamente calificativo para el desarrollo del turismo de ciudad en función de la identidad de la provincia”, así expresó el arquitecto Ramón Recondo Pérez, en el artículo Palmar de Junco: ¿Sueño o realidad?
La espera
Han pasado meses desde que estos jóvenes mexicanos presentaron su proyecto y parece que una vez más, se obviará el trabajo y la dedicación de quienes añoran que este estadio vuelva a cobrar vida.
Las principales figuras decisoras de esta provincia desconocen de estas iniciativas, altamente estudiadas y pensadas con profesionalismo. Y el matancero continúa perdiendo su patrimonio constructivo.
Quizás el país no esté preparado para invertir en un proyecto tan innovador, pero de seguro luego se revertiría en ganancias. “Hay que pensar que el béisbol es muy importante y todos los cubanos vendrían a visitar el proyecto y sería reconocido nacional e internacionalmente, ya que una de las singularidades de este proyecto, es que está en el lugar donde se jugó por primera vez pelota en Cuba, y otras personas de otras naciones podrían venir a visitarlo”, sostuvo Brambila.
Según el Doctor Pancorbo la inversión no podrá hacerse solo con capital cubano, por lo que considera que “sería bueno crear una página en Facebook para recaudar fondos para el museo, y aliarse a los fondos centrales del Ministerio de Turismo, que no ha tenido nunca visión de la importancia de Matanzas como destino turístico y se ha centrado en convertir a Varadero en un “winzip” de infraestructura turística, el Ministerio de Cultura y el INDER.
“Digo lo del financiamiento vía donaciones de cubanos en el país y en el extranjero, pues creo que se ha demostrado que todos los cubanos amamos a Cuba por encima de temas políticos y estoy seguro que muchos deportistas cubanos en el exterior estarán dispuestos a aportar dinero a ese proyecto al igual que muchos cubanos en la Isla”, afirmó Pancorbo.
Enrique consideró que “tendría un impacto bastante grande, porque le daría un posicionamiento a la ciudad de Matanzas como un atractivo más. Como va a ser un Museo del Béisbol Cubano, todos querrán visitarlo porque se reconoce en mi país México, en Estados Unidos todos reconocen la calidad del béisbol cubano. Entonces muchos peloteros norteamericanos, venezolanos o puertorriqueños, que aman ese deporte, tendrán la inquietud de venir a conocer el Museo y a sus estrellas”.
Esperemos que el Palmar de Junco no se siga destruyendo, para que en un futuro no muy lejano, otros vean a un estadio edificado y renovado, con un Salón de la Fama, a la altura de lo que se merece. Mientras solo nos queda soñar.
(Por: Lis García Arango)
Aún así en ese estado mantiene la condición de ser el terreno de béisbol más antiguo del mundo en activo. Es por ello que todo esfuerzo es poco para rescatar este patrimonio de la humanidad, actualmente en decadencia, y en tal sentido debiera crearse el Salón de la Fama en suelo matancero, aunque es un tema controversial, pues existe otra propuesta para el Estadio Latinoamericano.
Ese fue el propósito de los estudiantes mexicanos de arquitectura del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme (ITESCA), Enrique Moreno Vázquez y Jesús Brambila Zazueta, al presentar un novedoso proyecto de restauración y esbozo del Museo del Béisbol Cubano.
Ellos viajaron a la ciudad de Matanzas en el 2013 como parte de un curso de verano en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos (UMCC), rectorado por la Red Cubana de Marketing de Ciudad y Desarrollo Urbano, el Departamento de Ingeniería Civil de la UMCC, y por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Cuba (UNAICC).
“Este proyecto ya estaba propuesto por parte del Instituto Nacional del Deporte y Recreación (INDER) y nosotros fuimos invitados por parte de la Red Internacional de Marketing, y por uno de sus fundadores el Doctor José Pancorbo, ya que pertenecemos a un grupo estudiantil que es parte de la red”, comenta Jesús Brambila Zazueta.
Tuvieron como precedente un proyecto realizado por el arquitecto Miguel Fariñas a principios de la década del 90 que resultó ganador de un concurso, con el objetivo de dar vida al Museo del Beisbol Cubano, pero no se concretó debido a las limitaciones económicas que sufrió el país por el derrumbe del Campo Socialista y la llegada del denominado Período Especial.
También se inspiraron en el estadio neoyorquino de Cooperstown, que se insertó en una instalación ya edificada, a diferencia de este que tiene una expresión propia y original, además en proyectos de museos similares a nivel internacional y la consideración de especialistas de la provincia en diferentes tópicos, inclusive de la visión de una arquitecta del grupo de proyectos de La Habana Vieja.
“Consideraron los patrones actuales de la arquitectura ecológica y los
recursos constructivos locales para su concepción. Hay que tener en cuenta que sólo llegaron a una evaluación de proyectos en su etapa de concepción de ideas”, valoró el Doctor José Pancorbo.
La maqueta del ejercicio final la titularon “Diseño arquitectónico del Museo del Béisbol Cubano como instrumento para el diseño urbano, que expresa la identidad del barrio y la ciudad”, y la misma contribuye mediante una propuesta para el diseño arquitectónico del Palmar de Junco, además de fortalecer la imagen de la localidad.
La idea
En solo un mes realizaron el boceto conceptual. “Nosotros nos adaptamos al tiempo que te dan, al igual que hemos hecho con otros proyectos. Ha sido un reto, pero no por ser menos tiempo, va a ser menos calidad. El proyecto se presentó lo más abarcador posible en ese período”, aseguró Enrique Moreno Vázquez.
Los estudiantes extranjeros se adaptaron a las características de la Isla. “Aquí nos encontramos con limitaciones, las pocas posibilidades a la información, al no tener acceso a Internet, hizo más interesante el desarrollo del proyecto y nos condujo a indagar y preguntar todo lo que nos fuera posible para que tuviera la identidad requerida, en otro país hubiese sido diferente”, explicó Brambila Zazueta.
Una vez aclimatados se enfrentaron ante la disyuntiva de cómo proyectar sus ideas innovadoras en una instalación patrimonio histórico de Cuba, a la cual no se le podían hacer demasiadas modificaciones. “Nos asesoramos con historiadores que era un patrimonio de grado II, el cual puede sufrir una modificación, así aprovechamos para concebir nuestra idea más novedosa.
“Teníamos que proponer un equilibrio, algo que no fuera tan innovador porque perdería la identidad de la ciudad, pero tampoco hacer lo mismo porque sufriría críticas de que es igual a lo que todos hacen”, comentó Moreno.
Para concebir los conceptos de inspiración en el diseño utilizaron la pelota, la gorra de béisbol, la cancha de béisbol, la plata del home, que son típicos del deporte y le dan arraigo.
Uno de los elementos que resaltan en la propuesta son la sustentabilidad y la interacción con el medio ambiente, ya que propone la captura de aguas pluviales y el tratamiento de las aguas residuales del propio complejo, además de propiciar el uso de la energía solar desde la infraestructura hasta la generación de electricidad mediante celdas fotovoltaicas.
“La industria y la economía se imponen al clima. Todos los problemas medioambientales que existen en el mundo son porque la industria está desprotegiendo la naturaleza. Tenemos un calentamiento global y la capa de Ozono está cada vez más dañada, entonces todo lo nuevo que sea sustentable como son los paneles solares, capturas de aguas fluviales, que tal vez sea un poco más costoso, pero en un año se retribuye con la eficiencia energética y así ayudas al país, y a tu ciudad para que no haya tanta contaminación”, valoró Brambila Zazueta.
Es de destacar que se adecua a las condiciones del país y a las posibilidades de la industria nacional. Su estructura la diseñaron para que fuera con una cimentación de zapata corrida y bloque con revestimiento de polietileno. Esto requeriría un menor gasto de energía y aislaría el calor. La construcción de la edificación, considerada sustentable está valorada en alrededor de dos millones y medio de pesos, en moneda nacional.
El boceto arquitectónico consta de un vestíbulo, una sala polivalente, una biblioteca, una fototeca, una sala de premiación y un salón de la fama compuesto por cinco salas que realizan un paseo panorámico a través de la trayectoria y evolución del béisbol, desde el período pre-revolucionaria hasta la actualidad.
“Puede que para unos sea utópico por su costo, pero la utopía nos sirve para soñar e intentar hacer cosas, ya que el significado del Museo del Béisbol en Cuba es altamente calificativo para el desarrollo del turismo de ciudad en función de la identidad de la provincia”, así expresó el arquitecto Ramón Recondo Pérez, en el artículo Palmar de Junco: ¿Sueño o realidad?
La espera
Han pasado meses desde que estos jóvenes mexicanos presentaron su proyecto y parece que una vez más, se obviará el trabajo y la dedicación de quienes añoran que este estadio vuelva a cobrar vida.
Las principales figuras decisoras de esta provincia desconocen de estas iniciativas, altamente estudiadas y pensadas con profesionalismo. Y el matancero continúa perdiendo su patrimonio constructivo.
Quizás el país no esté preparado para invertir en un proyecto tan innovador, pero de seguro luego se revertiría en ganancias. “Hay que pensar que el béisbol es muy importante y todos los cubanos vendrían a visitar el proyecto y sería reconocido nacional e internacionalmente, ya que una de las singularidades de este proyecto, es que está en el lugar donde se jugó por primera vez pelota en Cuba, y otras personas de otras naciones podrían venir a visitarlo”, sostuvo Brambila.
Según el Doctor Pancorbo la inversión no podrá hacerse solo con capital cubano, por lo que considera que “sería bueno crear una página en Facebook para recaudar fondos para el museo, y aliarse a los fondos centrales del Ministerio de Turismo, que no ha tenido nunca visión de la importancia de Matanzas como destino turístico y se ha centrado en convertir a Varadero en un “winzip” de infraestructura turística, el Ministerio de Cultura y el INDER.
“Digo lo del financiamiento vía donaciones de cubanos en el país y en el extranjero, pues creo que se ha demostrado que todos los cubanos amamos a Cuba por encima de temas políticos y estoy seguro que muchos deportistas cubanos en el exterior estarán dispuestos a aportar dinero a ese proyecto al igual que muchos cubanos en la Isla”, afirmó Pancorbo.
Enrique consideró que “tendría un impacto bastante grande, porque le daría un posicionamiento a la ciudad de Matanzas como un atractivo más. Como va a ser un Museo del Béisbol Cubano, todos querrán visitarlo porque se reconoce en mi país México, en Estados Unidos todos reconocen la calidad del béisbol cubano. Entonces muchos peloteros norteamericanos, venezolanos o puertorriqueños, que aman ese deporte, tendrán la inquietud de venir a conocer el Museo y a sus estrellas”.
Esperemos que el Palmar de Junco no se siga destruyendo, para que en un futuro no muy lejano, otros vean a un estadio edificado y renovado, con un Salón de la Fama, a la altura de lo que se merece. Mientras solo nos queda soñar.
(Por: Lis García Arango)
Publicar un comentario