En esta provincia fueron detectados tres nuevos casos de traslado ilícito de productos forestales desde las provincias orientales hacia La Habana, acción en la que participaron fuerzas combinadas de la Patrulla de Carretera y del Cuerpo de Guardabosques de este territorio.
Los traficantes de productos forestales fueron descubiertos entre el kilómetro 138 y 142 de la Autopista Nacional, cerca de Jagüey Grande. Llama la atención que los tres delitos se trataron de consumar en apenas una semana. El primer vehículo, un camión del Ministerio de Cultura, tenía las puertas selladas, pero en la factura faltaba el sello, y cuando los agentes del orden público revisaron la mercancía encontraron escondidos, detrás de cajas de guantes y paletas, las piezas sin ensamblar de 16 juegos de comedor de cedro. La recurrencia de estos actos sorprende cuando solo al pasar dos días un segundo camión, procedente de Santiago de Cuba, de la empresa Servi Express de La Habana, fue detenido por la misma situación. En su interior se detectaron las piezas sin ensamblar de un sofá, 72 mesas, 56 sillones y 320 sillas, todas de algarrobo.
Otro camión, un Internacional de la Empresa de Transporte de La Habana, venía de Granma con sacos de polvo de arroz dentro del cual trataron infructuosamente de enmascarar 272 tablones de cedro y 22 tablones de teca.
Los combatientes del Cuerpo de Guardabosques, tras decomisar los muebles y las maderas aserradas, aplicaron multas por un valor de 750 pesos en cada caso, según lo dispuesto en el artículo 5 del Decreto-Ley 268.
La jefatura provincial del Ministerio del Interior precisó a este diario que el modus operandi consistía en aprovechar el movimiento de camiones contenedores de empresas estatales de La Habana, que trasladan otras mercancías desde las provincias orientales, con los sellos originales en las puertas, enmascarando los muebles y la madera aserrada entre el resto de la mercancía.
Los vehículos quedaron ocupados en calidad de depósito y los choferes de los tres camiones son procesados por actividad económica ilícita, con el objetivo de establecer las cadenas delictivas, para llegar hasta la base del problema, que es sin dudas la tala indiscriminada para abastecer el mercado ilícito de muebles de la capital.
En esta ocasión se aplicó el Decreto 268 y la Ley No 85, Ley Forestal, dictada el 21 de julio de 1998, la cual regula todo lo concerniente a la protección y el uso de los recursos maderables y forestales.
(Tomado de JR, por Hugo García)
Los traficantes de productos forestales fueron descubiertos entre el kilómetro 138 y 142 de la Autopista Nacional, cerca de Jagüey Grande. Llama la atención que los tres delitos se trataron de consumar en apenas una semana. El primer vehículo, un camión del Ministerio de Cultura, tenía las puertas selladas, pero en la factura faltaba el sello, y cuando los agentes del orden público revisaron la mercancía encontraron escondidos, detrás de cajas de guantes y paletas, las piezas sin ensamblar de 16 juegos de comedor de cedro. La recurrencia de estos actos sorprende cuando solo al pasar dos días un segundo camión, procedente de Santiago de Cuba, de la empresa Servi Express de La Habana, fue detenido por la misma situación. En su interior se detectaron las piezas sin ensamblar de un sofá, 72 mesas, 56 sillones y 320 sillas, todas de algarrobo.
Otro camión, un Internacional de la Empresa de Transporte de La Habana, venía de Granma con sacos de polvo de arroz dentro del cual trataron infructuosamente de enmascarar 272 tablones de cedro y 22 tablones de teca.
Los combatientes del Cuerpo de Guardabosques, tras decomisar los muebles y las maderas aserradas, aplicaron multas por un valor de 750 pesos en cada caso, según lo dispuesto en el artículo 5 del Decreto-Ley 268.
La jefatura provincial del Ministerio del Interior precisó a este diario que el modus operandi consistía en aprovechar el movimiento de camiones contenedores de empresas estatales de La Habana, que trasladan otras mercancías desde las provincias orientales, con los sellos originales en las puertas, enmascarando los muebles y la madera aserrada entre el resto de la mercancía.
Los vehículos quedaron ocupados en calidad de depósito y los choferes de los tres camiones son procesados por actividad económica ilícita, con el objetivo de establecer las cadenas delictivas, para llegar hasta la base del problema, que es sin dudas la tala indiscriminada para abastecer el mercado ilícito de muebles de la capital.
En esta ocasión se aplicó el Decreto 268 y la Ley No 85, Ley Forestal, dictada el 21 de julio de 1998, la cual regula todo lo concerniente a la protección y el uso de los recursos maderables y forestales.
(Tomado de JR, por Hugo García)
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