Pedro Arturo Rizo Martínez
Aunque hasta el momento el número de muertos por el accidente minero ocurrido en la ciudad de Soma, al oeste de Turquía, alcanza ya los 245, se espera que la cifra supere los 300, mientras en el país ocurren varias manifestaciones.
Ankara, la capital, y otras ciudades como Estambul y Esmirna registran enfrentamientos entre manifestantes y la policía. Varios sindicatos, de influencia, convocaron a una huelga general y marchas de protestas, este jueves, para solidarizarse con los familiares y fallecidos y en contra de las políticas económicas aplicadas por el gobierno.
El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan anunció que el siniestro será investigado a fondo. Grupos sindicalistas adjudican las causas del hecho a la privatización de la mina y las condiciones de trabajo de los obreros.
Según reportes de prensa existen mineros atrapados a tres o cuatro kilómetros, mientras equipos de rescates no pueden avanzar por la alta concentración de monóxido en el pozo. Dentro de la mina estaban unas 787 personas. La explosión se produjo a unos dos kilómetros de la boca.
En marzo último una inspección a la mina no determinó irregularidad alguna. Taner Yildiz, ministro turco de Energía, catalogó a la mina como una de las mejores en cuanto a las condiciones de seguridad.
Cada año mueren 80 obreros en accidentes mineros en Turquía, según un estudio de la Universidad de Kirikkale. Turquía, refiere La Vanguardia.com, ostenta la peor tasa de seguridad laboral en Europa. En ese país fallecen tres obreros cada día.
El accidente ocurrió al explotar un transformador eléctrico de la mina de carbón, durante los momentos en que se producía un cambio de turno.
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