La solidaridad, principio que nos une

Temprano en la mañana, el doctor Alberto Rebollar Martínez llega al Hospital Clínico Quirúrgico Universitario Comandante Faustino Pérez Hernández de Matanzas. Esta vez no viene solo. Camina por los pasillos en compañía de Mirkey Estrada Castillo, su relevo, como cariñosamente él le dice. Mientras, su conversación gira en torno al procedimiento quirúrgico que en pocas horas van a efectuar en una paciente de hemodiálisis, con la finalidad de elevar su calidad de vida.
Hace dos, casi tres años, el gobierno de Matanzas contactó con el Hospital Doctor Luis Díaz Soto para progresivamente sustituir el catéter en aquellos pacientes con insuficiencia renal crónica terminal. La fístula arteriovenosa es un acceso vascular fundamental para la supervivencia del paciente y la preparación para el trasplante renal, explica Alberto, Especialista de Primer Grado en Cirugía General.
Alberto podría estar horas hablándome de la fístula arteriovenosa y de cómo facilita el proceso de hemodiálisis, pero lo que su humildad no expresa es que su trabajo se reconoce en otros territorios del país.
Pero, en ¿qué consiste esta intervención? La realización de la fístula arteriovenosa es un proceder que une a la arteria con la vena para  aumentar el flujo sanguíneo y sea factible la punción para la hemodiálisis, señaló Mirkey, Especialista de Primer Grado en Cirugía General.

Sobran las palabras…

Desde julio y hasta la fecha, más de cincuenta matanceros que padecen de insuficiencia renal crónica se han beneficiado con la realización de la fístula arteriovenosa, tal es el caso de Guillermo Rivera Mederos, quien agradece a estos médicos el poder llevar hoy una vida normal.
Yo no tuve la vivencia del catéter, pero a través de otros pacientes que vienen al Hospital Faustino conozco las dificultades que puede traer como la incomodidad y los riesgos ante posibles infecciones. Al principio me sentía débil, cansado y sin apetito, por eso vine y se descubrió que mis riñones estaban fallando. En la consulta me orientaron sobre la fístula. Hoy, confiesa emocionado, puedo incluso hacer actividades que antes no podía, atestigua Guillermo.
Para la enfermera Sandra Rodríguez Mesa las palabras no alcanzan al hablar de la labor de estos médicos, quizás porque la unidad de hemodiálisis y sus pacientes encierran una historia que no le es ajena. 
Mi hermano padecía de insuficiencia renal crónica. Fue una etapa difícil en mi vida. Nosotros estamos muy agradecidos por el servicio que prestan Alberto y Mirkey y porque las operaciones han sido satisfactorias. Es un orgullo que vengan aquí y humanamente ayuden a los pacientes de este servicio tan doloroso por el tiempo de estadía y por la enfermedad como tal, afirmó Sandra.
Alfredo y Mirkey  regresan a La Habana, pero llevan consigo la satisfacción de salvar vidas y el sabor de la eterna gratitud, sentimiento permanente en el corazón cuando la bondad lo habita.
La solidaridad es un principio intrínseco a la medicina cubana que llega de blanco a los lugares más necesitados; sin dudas una experiencia donde la profesionalidad y el amor nos unen al mundo.(Gemma Carballo Campos)

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