Sin palabras

La gestualidad constituye un elemento distintivo de las personas, sin importar la edad. Claro, en los jóvenes adquiere matices particulares que permiten expresar estados de ánimo, sentimientos, y maneras de pensar.

Enviar mensajes sin palabras puede ser muy efectivo. Y eso bien lo saben quienes hacen de esta forma de comunicación una especialidad. Gestos, miradas, roces y posturas dicen, en ocasiones, más que un gran discurso. Además resulta una variante bien usada por los más jóvenes.

La comunicación no verbal juega un papel clave en el día a día de toda persona. Se aplica en cualquier momento y para cualquier fin. Ya sea para enamorar, desmentir, disculpar, discutir o simplemente alertar. Y tú ¿has hecho uso de esta forma de expresión?

Claro, para poder entender este sistema de símbolos se necesita, primero que nada, ponerse de acuerdo en el significado de cada señal. Si no estamos claros podemos interpretar algo totalmente opuesto a la realidad. Es mejor evitar malos entendidos y así poder dar una respuesta oportuna, según el momento.

Este método, como casi todo en la vida, tiene seguidores y detractores. Para algunos es cómodo, sugerente, invita a la creación. Para otros, simplemente atenta contra la buena comunicación y lejos de ayudar, crea barreras y malos entendidos.

La gestualidad, asociada a la comunicación no verbal cobra mucha más fuerza en las relaciones de pareja. Y es que resulta indispensable acudir a las expresiones, los silencios, las risas, las miradas para expresar ese sentimiento tan universal que es el amor.

Mensajes sin palabras llegan cada día y a cualquier hora para alegrarnos el día o ponerle un poco de picante al aburrimiento. Lo cierto es que forman para de la cotidianidad y convierten los gestos en una forma muy expresiva de comunicarse.

(Por: Eliane Táboas Merino)(02/06/2014)

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