Antes del 14 de septiembre el presidente estadounidense Barack Obama debe decidir si prolonga las sanciones a Cuba bajo la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 al que John Kennedy recurrió en 1962 para imponer el bloqueo económico comercial y financiero a la Isla, que desde entonces han renovado, año tras año, los nueve siguientes presidentes de Estados Unidos.
Una pregunta se impone: ¿Cómo mantener a Cuba en concepto de país enemigo luego de la apertura de las respectivas embajadas y la reanudación de relaciones diplomáticas normales, hechos recientes?
Cuba es actualmente el único país del mundo sancionado bajo esa ley, que autoriza al dirigente estadounidense a imponer y mantener restricciones económicas a países considerados hostiles, mientras que el levantamiento del bloqueo solo es potestad del Congreso bicameral, de acuerdo con la Ley Helms-Burton que así lo dispuso en 1996.
Algunos analistas afirman que, a primera vista, Obama entraría en una contradicción si después de ocho meses insistiendo en que el Congreso debe levantar el bloqueo, decide mantener a Cuba vinculada a la ley que permitió instaurar esa medida hace cinco décadas.
Pero expertos como el abogado Robert Muse, cree que Obama estaría haciendo “algo muy peligroso” para su propia política si deja que caduque la base del embargo, y explica que “La Ley de Comercio con el Enemigo es, con mucho margen, el estatuto principal que activa el bloqueo. También es el único elemento que confiere la actividad ejecutiva al presidente para relajar el embargo a Cuba”.
Sin embargo, según el también experto en comercio con Cuba John Kavulich “los activistas que reclaman un mayor acercamiento a la Isla van a ejercer presión al presidente para que la desvincule del calificativo de país enemigo.
De lo que no hay dudas es que Obama afronta un dilema en su laberinto de posibilidades y restricciones respecto de las relaciones con Cuba, las cuales no podrán desarrollar su potencial en tanto persista el bloqueo económico, comercial y financiero (Embargo), y no se resuelvan otros temas fundamentales pendientes.
(Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(02/09/15)
Una pregunta se impone: ¿Cómo mantener a Cuba en concepto de país enemigo luego de la apertura de las respectivas embajadas y la reanudación de relaciones diplomáticas normales, hechos recientes?
Cuba es actualmente el único país del mundo sancionado bajo esa ley, que autoriza al dirigente estadounidense a imponer y mantener restricciones económicas a países considerados hostiles, mientras que el levantamiento del bloqueo solo es potestad del Congreso bicameral, de acuerdo con la Ley Helms-Burton que así lo dispuso en 1996.
Algunos analistas afirman que, a primera vista, Obama entraría en una contradicción si después de ocho meses insistiendo en que el Congreso debe levantar el bloqueo, decide mantener a Cuba vinculada a la ley que permitió instaurar esa medida hace cinco décadas.
Pero expertos como el abogado Robert Muse, cree que Obama estaría haciendo “algo muy peligroso” para su propia política si deja que caduque la base del embargo, y explica que “La Ley de Comercio con el Enemigo es, con mucho margen, el estatuto principal que activa el bloqueo. También es el único elemento que confiere la actividad ejecutiva al presidente para relajar el embargo a Cuba”.
Sin embargo, según el también experto en comercio con Cuba John Kavulich “los activistas que reclaman un mayor acercamiento a la Isla van a ejercer presión al presidente para que la desvincule del calificativo de país enemigo.
De lo que no hay dudas es que Obama afronta un dilema en su laberinto de posibilidades y restricciones respecto de las relaciones con Cuba, las cuales no podrán desarrollar su potencial en tanto persista el bloqueo económico, comercial y financiero (Embargo), y no se resuelvan otros temas fundamentales pendientes.
(Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(02/09/15)
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