Cambios físicos




Durante la adolescencia ocurren cambios físicos, psicológicos y sociales. Todos estos cambios y la forma en cómo se vivan determinan la imagen que van construyendo de si mismo los jóvenes. 

¿Te quedan los pantalones demasiado cortos? ¿Estás cansada de ser la más alta de las niñas? ¿Qué es esa sombra sobre tu labio? ¿Tu voz cambia? Todo esto son signos de que los adolescentes están en el principio de grandes cambios donde su cuerpo se va preparando para ser un adulto. 
Es muy difícil delimitar exactamente a qué edad y en qué momento se producen estos cambios, ya que cada persona se desarrollará a un ritmo diferente. Lo cierto es que se trata de un proceso válido tanto para las hembras como para los varones por lo que se necesita del acompañamiento de la familia.
Este proceso es válido para ambos sexos. A las chicas se les ensanchan las caderas y les crecen los senos. Se acentúa la redondez de sus formas y crece el vello del pubis. Llega también la primera menstruación y con ella, la posibilidad de quedar embarazadas. A los chicos se les ensanchan los hombros, les crece la barba, desarrollan sus órganos reproductivos y les cambia el tono de voz. 
Sin duda, estos cambios profundos y generalmente rápidos, conllevan una cierta dosis de crisis, ya que suponen una readaptación en todos los sentidos, que a veces es difícil de asimilar. La ansiedad, las dificultades para encontrarse a sí mismo o las preocupaciones por la apariencia física forman parte de la vida de muchos adolescentes. 
En todo este proceso es muy importante el acompañamiento de los padres. Ellos desde su experiencia pueden aconsejar a los hijos, hacerlos entender la naturalidad de los cambios y sobre todo darles confianza y mucho amor. 
Aunque la adolescencia puede ser percibido como una época difícil, el proceso de maduración que implica puede dar lugar a cambios positivos que faciliten la preparación para el futuro como adultos. Lo más importante resulta entender que todos estos cambios son normales y que son parte del proceso de crecimiento. 
(Por: Eliane Táboas merino. 30/9/2015)

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