A Matanzas, tricentenaria ciudad del occidente cubano, la identifican tres accidentes naturales: la Cueva de Bellamar, la Loma del Pan y el Valle del río Yumurí o simplemente Valle del Yumurí.
Considerado como uno de los más bellos de Cuba y situado a unos 100 kilómetros al este de La Habana, el majestuoso desfiladero dispone de una llanura con 80 hectáreas en su parte más ancha y elevaciones de hasta 150 metros.
En su conjunto paisajístico figuran zonas de altos valores florístico, histórico, cultural y endémico, este último representado en el melocactus matanzanus, variedad de cacto que tiene como hábitat, en el mundo, esta área de la isla.
El Valle del Yumurí es una región de recursos circunscritos dentro del sistema de áreas protegidas de la provincia de Matanzas, que incluye la reserva florística Cuabal de las Tres Ceibas de Clavellinas.
Según el historiador de la urbe, Ercilio Vento, uno de los principales valores de la quebrada es la historia geológica que ofrece a especialistas y estudiosos interesados en esta materia.
Dos ríos lo cruzan: el Bacunayagua y el Yumurí, que nace en el Pan de Matanzas y hace un recorrido de 25 kilómetros hasta converger en la bahía, donde a fines del siglo XVII surgió Matanzas, cabecera territorial.
Expertos aseguran que el valle está integrado por sedimentos de animales y plantas de una antigüedad estimada en 30 millones de años.
Labriegos asentados en terrenos de esta imponente depresión aseguran que los suelos, grises-oscuros y negros, son muy fértiles e ideales para la producción agrícola, al ser favorecidos por los sedimentos aluviales.
Aún por determinar el origen de un nombre
Existen varias versiones sobre el origen de la palabra "yumurí", aunque la presencia en la localidad de aborígenes y el contacto de ellos con los colonizadores españoles, dieron lugar a la leyenda que con más firmeza ha perdurado.
Cuenta el mito que se trata del grito emitido por los nativos al lanzarse de elevados peñascos, al preferir suicidarse antes que tolerar los malos tratos de manos de los conquistadores.
Acorde con la fábula, al pararse en el risco proferían la palabra Yumurí o Yo muero, y de esa forma imitaban el castellano que escuchaban para que quedara claro a los enemigos el porqué de la trágica decisión.
Otra referencia tomada del sitio digital cubano Ecured, evoca una leyenda de amor en la cual una joven aborigen castigada al infortunio, al enamorarse de otro nativo, provoca laabertura de la tierra y con ella la creación de sus afluentes. Se trata del coronel del ejército Libertador Manuel García, quien luchó contra la dominación ibérica, y del cimarrón (esclavo que huía de su amo) José Dolores, figura que a lo largo de su vida resultó incapturable para los españoles.
Amado por los matanceros, el Valle del Yumurí antecede a la costera villa de Matanzas, conocida desde el siglo XIX como la Atenas de Cuba, y ciudad ubicada alrededor de la privilegiada bahía homónima. (Prensa Latina)
Sin embargo, un trabajo de la periodista Idalmis León reseña que en la lexicografía antillana, la palabra yu significa blanco, mientras que la terminación ari/uri representa rio.
Esto no quiere decir que la traducción exacta sea rio blanco, pero está cerca, apunta la colega.
Al margen de estas historias, lo real es que el visitante del Valle del Yumurí es cautivado por un paisaje campestre de singular atractivo e ideal para la práctica de actividades y excursiones al aire libre.
Para los imposibilitados de recorrer su planicie, el mirador del Puente de Bacunayagua invita a un alto para contemplar la exuberancia verde de la comarca salpicada con buena cantidad de palmas reales.
Ese viaducto, catalogado como una de las maravillas de la ingeniería civil cubana, es el más elevado de la mayor de las Antillas, ya que sobresale por su altura de 110 metros.
Una pincelada histórica destaca que en épocas diversas operaron en la demarcación dos figuras que lucharon contra el poder de España.(TVY)(RPB)(PL)(10/08/15)
Considerado como uno de los más bellos de Cuba y situado a unos 100 kilómetros al este de La Habana, el majestuoso desfiladero dispone de una llanura con 80 hectáreas en su parte más ancha y elevaciones de hasta 150 metros.
En su conjunto paisajístico figuran zonas de altos valores florístico, histórico, cultural y endémico, este último representado en el melocactus matanzanus, variedad de cacto que tiene como hábitat, en el mundo, esta área de la isla.
El Valle del Yumurí es una región de recursos circunscritos dentro del sistema de áreas protegidas de la provincia de Matanzas, que incluye la reserva florística Cuabal de las Tres Ceibas de Clavellinas.
Según el historiador de la urbe, Ercilio Vento, uno de los principales valores de la quebrada es la historia geológica que ofrece a especialistas y estudiosos interesados en esta materia.
Dos ríos lo cruzan: el Bacunayagua y el Yumurí, que nace en el Pan de Matanzas y hace un recorrido de 25 kilómetros hasta converger en la bahía, donde a fines del siglo XVII surgió Matanzas, cabecera territorial.
Expertos aseguran que el valle está integrado por sedimentos de animales y plantas de una antigüedad estimada en 30 millones de años.
Labriegos asentados en terrenos de esta imponente depresión aseguran que los suelos, grises-oscuros y negros, son muy fértiles e ideales para la producción agrícola, al ser favorecidos por los sedimentos aluviales.
Aún por determinar el origen de un nombre
Existen varias versiones sobre el origen de la palabra "yumurí", aunque la presencia en la localidad de aborígenes y el contacto de ellos con los colonizadores españoles, dieron lugar a la leyenda que con más firmeza ha perdurado.
Cuenta el mito que se trata del grito emitido por los nativos al lanzarse de elevados peñascos, al preferir suicidarse antes que tolerar los malos tratos de manos de los conquistadores.
Acorde con la fábula, al pararse en el risco proferían la palabra Yumurí o Yo muero, y de esa forma imitaban el castellano que escuchaban para que quedara claro a los enemigos el porqué de la trágica decisión.
Otra referencia tomada del sitio digital cubano Ecured, evoca una leyenda de amor en la cual una joven aborigen castigada al infortunio, al enamorarse de otro nativo, provoca laabertura de la tierra y con ella la creación de sus afluentes. Se trata del coronel del ejército Libertador Manuel García, quien luchó contra la dominación ibérica, y del cimarrón (esclavo que huía de su amo) José Dolores, figura que a lo largo de su vida resultó incapturable para los españoles.
Amado por los matanceros, el Valle del Yumurí antecede a la costera villa de Matanzas, conocida desde el siglo XIX como la Atenas de Cuba, y ciudad ubicada alrededor de la privilegiada bahía homónima. (Prensa Latina)
Sin embargo, un trabajo de la periodista Idalmis León reseña que en la lexicografía antillana, la palabra yu significa blanco, mientras que la terminación ari/uri representa rio.
Esto no quiere decir que la traducción exacta sea rio blanco, pero está cerca, apunta la colega.
Al margen de estas historias, lo real es que el visitante del Valle del Yumurí es cautivado por un paisaje campestre de singular atractivo e ideal para la práctica de actividades y excursiones al aire libre.
Para los imposibilitados de recorrer su planicie, el mirador del Puente de Bacunayagua invita a un alto para contemplar la exuberancia verde de la comarca salpicada con buena cantidad de palmas reales.
Ese viaducto, catalogado como una de las maravillas de la ingeniería civil cubana, es el más elevado de la mayor de las Antillas, ya que sobresale por su altura de 110 metros.
Una pincelada histórica destaca que en épocas diversas operaron en la demarcación dos figuras que lucharon contra el poder de España.(TVY)(RPB)(PL)(10/08/15)
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