Fracturas en una estatua colocada como parte de la reanimación del Balcón de Jáuregui, simbólico sitio en esta ciudad, indigna a las autoridades de Patrimonio, pero no amedrentan el remozamiento de otras áreas urbanas aledañas, reseña Yenli Lemus Dominguez en la web de la AIN con foto tomada por ella.
Daños en el rostro, una oreja y un brazo, son visibles en la efigie que a iniciativa del restaurador y decorador Pável Rivera González, rinde tributo a los niños de las escuelas públicas y privadas de Matanzas que donaron monedas de su merienda para edificar el Balcón, en la primera mitad del siglo XX.
La figura de cemento que cuenta con una pátina de bronce, muestra el atuendo típico de los colegiales de hace 69 años atrás, con un centavo en mano en representación del aporte de los infantes a la edificación del espacio, inaugurado el 30 de noviembre de 1946.
Martha Suárez Alpízar, vecina del sitio representativo del quehacer del Patronato Municipal Pro-Calles de Matanzas, resaltó la preocupación de los moradores de la cuadra ante el acto vandálico –sin culpables identificados-, y la pertinencia de Servicios Comunales al acceder a la contratación de custodios que garanticen la vigilancia allí.
Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad de Matanzas, explicó que tras la restauración de la estatua, junto a ella se colocarán el logotipo de la Oficina del Conservador y el escudo republicano de la urbe, como protección simbólica a la pieza artística.
Con la colaboración de Servicios Comunales en el aporte de materiales, y el empeño de trabajadores por cuenta propia guiados por Rivera González, se acomete, además, la restauración de la escalinata aledaña al Balcón de Jáuregui, que da paso hacia el Parque Watkin.
Durante más de una década desde su creación en 1941, el Patronato Municipal Pro Calles de Matanzas, identificado popularmente como los MIL, Columna de los MIL o Trinchera de los MIL, fue una organización encargada del arreglo de los viales en la ciudad.
En la calle de Jáuregui esquina a Zaragoza, existía un desnivel de cuatro metros que impedía unir ambas arterias, y como alternativa, se realizó un balcón a todo lo ancho de la cuadra, que desde 1946 propicia un espacio público para la contemplación.
Daños en el rostro, una oreja y un brazo, son visibles en la efigie que a iniciativa del restaurador y decorador Pável Rivera González, rinde tributo a los niños de las escuelas públicas y privadas de Matanzas que donaron monedas de su merienda para edificar el Balcón, en la primera mitad del siglo XX.
La figura de cemento que cuenta con una pátina de bronce, muestra el atuendo típico de los colegiales de hace 69 años atrás, con un centavo en mano en representación del aporte de los infantes a la edificación del espacio, inaugurado el 30 de noviembre de 1946.
Martha Suárez Alpízar, vecina del sitio representativo del quehacer del Patronato Municipal Pro-Calles de Matanzas, resaltó la preocupación de los moradores de la cuadra ante el acto vandálico –sin culpables identificados-, y la pertinencia de Servicios Comunales al acceder a la contratación de custodios que garanticen la vigilancia allí.
Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad de Matanzas, explicó que tras la restauración de la estatua, junto a ella se colocarán el logotipo de la Oficina del Conservador y el escudo republicano de la urbe, como protección simbólica a la pieza artística.
Con la colaboración de Servicios Comunales en el aporte de materiales, y el empeño de trabajadores por cuenta propia guiados por Rivera González, se acomete, además, la restauración de la escalinata aledaña al Balcón de Jáuregui, que da paso hacia el Parque Watkin.
Durante más de una década desde su creación en 1941, el Patronato Municipal Pro Calles de Matanzas, identificado popularmente como los MIL, Columna de los MIL o Trinchera de los MIL, fue una organización encargada del arreglo de los viales en la ciudad.
En la calle de Jáuregui esquina a Zaragoza, existía un desnivel de cuatro metros que impedía unir ambas arterias, y como alternativa, se realizó un balcón a todo lo ancho de la cuadra, que desde 1946 propicia un espacio público para la contemplación.
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