En 2009, un grupo de expertos en ciencias planetarias descubrió un nuevo anillo alrededor de Saturno, en su mayor parte, por pequeñas y oscuras partículas de polvo, una peculiaridad que lo hacía muy difícil de detectar. No obstante, los datos obtenidos por el telescopio espacial de infrarrojos Spitzer de la NASA revelaron la presencia de esta estructura, que parecía extenderse a unos 6 millones de kilómetros del gigante de gas.
Ahora, un equipo de investigadores de las universidades de Virginia y Maryland y del Instituto de Tecnología de California ha averiguado que el tamaño de ese anillo es incluso mayor. A partir de las imágenes tomadas por la sonda WISE de la agencia espacial estadounidense, que también utiliza infrarrojos, han calculado que en realidad se extiende a 16 millones de kilómetros de Saturno. Esto es, sería aproximadamente diez veces más grande que el anillo E de este planeta, que venía siendo considerado el mayor de todos.
Los investigadores sospechan que las partículas que lo integran tienen miles de millones de años de antigüedad y que provendrían de la luna Phoebe, a casi 13 millones de kilómetros. Dada las similitudes que existen entre los satélites de Saturno y los de Júpiter, también creen que este último quizá cuente igualmente con un anillo gigante que aún no ha sido detectado.
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