Este 29 de abril se cumplen 59 años de una hombrada que perdurará por siempre en la memoria agradecida de todos los cubanos amantes de la libertad: el asalto al cuartel Domingo Goicuría de la ciudad de Matanzas, 100 kilómetros al este de la capital cubana.
Ese domingo de 1956 un valeroso grupo de patriotas se abrió paso hacia la inmortalidad en el intento de tomar por las armas uno de los cubiles de la sangrienta dictadura de Batista, que padecía la nación cubana desde el 10 de marzo de 1952.
Ese día el tirano perpetuó un golpe de Estado, amparado por el gobierno de Estados Unidos, y se encaramó sobre el altar de la patria, desoyendo el alerta de José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba, quien había advertido: “La Patria es ara, no pedestal”.
En el Goicuría radicaba el Estado Mayor del regimiento provincial del ejército batistiano, y el matancero Reynold García había reunido a un valeroso grupo de revolucionarios decididos a arrebatar las armas a los 27 soldados de la fortaleza e incorporarse a la lucha insurreccional liderada por Fidel Castro.
Aunque los revolucionarios habían previsto el factor sorpresa como base para su acción, esta se frustró por un inesperado accidente del primero de tres camiones que transportaban a los asaltantes, el cual se estrelló contra un muro del cuartel y alertó a la soldadesca que repelió la tentativa.
De inmediato cayeron acribillados a balazos seis revolucionarios, el primero de todo el líder de la temeraria acción.
La orden de Pilar García, jefe del regimiento, no admitía titubeos: ni heridos ni prisioneros, dijo, y comenzó la masacre a sangre fría hasta el número de 11 revolucionarios.
Aún con las manos atadas, Julio García Rodríguez fue ultimado a traición por la espalda. La foto de un reportero de prensa dejó constancia gráfica del hecho.
Otros tres asaltantes más fueron asesinados después: Mario Vázquez, César Rodríguez y Jorge Armengol. La lista de muertos se elevó a 15. La tiranía raptó sus cadáveres y los sepultó en secreto en fosas comunes.
Tras el triunfo de la Revolución cubana el primero de enero de 1959, los restos de los mártires del Goicuría fueron localizados e identificados, y actualmente reposan en un mausoleo edificado para ellos en la necrópolis de San Carlos en la ciudad de Matanzas.
Allí permanentemente tremola la bandera cubana en honor a los valientes luchadores por la verdadera independencia de la patria cubana.
A 59 años de la heroica acción de Reynold García y sus compañeros, la memoria perenne de los agradecidos les rinde homenaje en su tierra natal y en otras localidades del país, en actos de recordación y renovación de compromisos de seguir combatiendo en la misma trinchera junto a Fidel para preservar las conquistas de la Revolución. (Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(Actualizado en 29/04/15).
Ese domingo de 1956 un valeroso grupo de patriotas se abrió paso hacia la inmortalidad en el intento de tomar por las armas uno de los cubiles de la sangrienta dictadura de Batista, que padecía la nación cubana desde el 10 de marzo de 1952.
Ese día el tirano perpetuó un golpe de Estado, amparado por el gobierno de Estados Unidos, y se encaramó sobre el altar de la patria, desoyendo el alerta de José Martí, Apóstol de la Independencia de Cuba, quien había advertido: “La Patria es ara, no pedestal”.
En el Goicuría radicaba el Estado Mayor del regimiento provincial del ejército batistiano, y el matancero Reynold García había reunido a un valeroso grupo de revolucionarios decididos a arrebatar las armas a los 27 soldados de la fortaleza e incorporarse a la lucha insurreccional liderada por Fidel Castro.
Aunque los revolucionarios habían previsto el factor sorpresa como base para su acción, esta se frustró por un inesperado accidente del primero de tres camiones que transportaban a los asaltantes, el cual se estrelló contra un muro del cuartel y alertó a la soldadesca que repelió la tentativa.
De inmediato cayeron acribillados a balazos seis revolucionarios, el primero de todo el líder de la temeraria acción.
La orden de Pilar García, jefe del regimiento, no admitía titubeos: ni heridos ni prisioneros, dijo, y comenzó la masacre a sangre fría hasta el número de 11 revolucionarios.
Aún con las manos atadas, Julio García Rodríguez fue ultimado a traición por la espalda. La foto de un reportero de prensa dejó constancia gráfica del hecho.
Otros tres asaltantes más fueron asesinados después: Mario Vázquez, César Rodríguez y Jorge Armengol. La lista de muertos se elevó a 15. La tiranía raptó sus cadáveres y los sepultó en secreto en fosas comunes.
Tras el triunfo de la Revolución cubana el primero de enero de 1959, los restos de los mártires del Goicuría fueron localizados e identificados, y actualmente reposan en un mausoleo edificado para ellos en la necrópolis de San Carlos en la ciudad de Matanzas.
Allí permanentemente tremola la bandera cubana en honor a los valientes luchadores por la verdadera independencia de la patria cubana.
A 59 años de la heroica acción de Reynold García y sus compañeros, la memoria perenne de los agradecidos les rinde homenaje en su tierra natal y en otras localidades del país, en actos de recordación y renovación de compromisos de seguir combatiendo en la misma trinchera junto a Fidel para preservar las conquistas de la Revolución. (Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(Actualizado en 29/04/15).
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