El acné es un problema de la piel que se manifiesta mediante diferentes tipos de protuberancias y generalmente aparece en la cara, el cuello, los hombros, la parte superior de la espalda y el pecho. Aproximadamente ocho de cada 10 adolescentes tienen acné aunque también muchos adultos lo padecen.
En la mayoría de los casos, el acné desaparece casi completamente al final de la adolescencia y si tus padres han tenido este padecimiento es más probable que también tú lo tengas. Por eso es importante tomar todos los cuidados para evitar su aparición como lavarte la cara dos veces al día con jabón y agua tibia, no frotarte con la toalla o retirar por completo el maquillaje.
Lo más importante cuando hablamos del acné juvenil, es acudir a un especialista para determinar, a tiempo, un tratamiento adecuado que puedan ayudarnos a mejorar. Por supuesto que los padres tienen mucha responsabilidad en esto y no se puede dejar a libre elección.
Muchachas y muchachos sufren por igual al enfrentarse al acné y sobre todo si tenemos en cuenta que los patrones por los que se rigen muchos jóvenes idealizan la belleza y la perfección estética en todos los sentidos. Pero no todos, ven el problema desde la misma arista.
Por eso algo bien importante en estos casos es mantener la autoestima y no crear complejos que afecten nuestra personalidad y que nos hagan sentir mal. Si miras a tu alrededor, verás que tus amigos y compañeros de clase son la mejor confirmación de que no estás solo.
Los amigos, la familia y los especialistas son los más recomendados para ayudarte a enfrentar los temores del acné de la manera más natural posible y a entenderlo como una circunstancia más de la vida. No por ello se acaban los sueños y las aspiraciones sino que se renuevan con cada paso que damos con vista al futuro.
(Por: Eliane Táboas Merino)(15/1/2015)
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