Dinámica de la economía cubana

La dinámica de la economía cubana es tema habitual de conversaciones y debate en la población, sobre todo entre los jóvenes, habida cuenta  expectativas personales de vida, y la persistente  inversión de la pirámide salarial, respecto de la calificación y la retribución del empleado, especialmente de quienes luego de graduarse en  carreras universitarias,  después de insertarse en  entidades estatales, despiertan a la realidad de que su sueldo es inferior varias veces al de un trabajador  manual,  sin demeritar la importancia y la demanda de esta fuerza de trabajo.
En este contexto, Cuba continúa la implementación experimental de cooperativas no agropecuarias, y crece la presencia de trabajadores por cuenta propia, quienes ya representan el 10 por ciento de toda la fuerza laboral activa del país, con los más altos índices en La Habana y Matanzas.
Al respecto, Marino Murillo Jorge, Ministro de economía y planificación, refirió públicamente que las transformaciones económicas en Cuba ya entraron en una etapa cualitativamente superior y donde se concentran las tareas más complejas y decisivas, incluidos  cambios  que  también buscan implementar sistemas salariales acordes con los resultados del trabajo, y enfatizó. Cito: “si la empresa estatal socialista logra ser más productiva y eficiente, a esto le seguirá un aumento en los ingresos de los trabajadores por salario”. 
 Sin reservas ante un  auditorio joven, segmento poblacional que, dijo el también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba,  representa la continuidad de la Revolución,  Murillo  admitió que la economía cubana presenta problemas que no se resolverán de inmediato, sino que requerirán de políticas a largo plazo por su compleja envergadura; pero también subrayó  que “tampoco se tomarán una eternidad”.
 Para nadie es secreto que esos avances esperados también se subordinan al crecimiento económico anual de la nación, en buena medida  dependientes de factores exógenos, lo que no significa esperar sentados, sino esforzarse en sectores que ya son mucho mejor retribuidos con arreglo al rendimiento laboral, especialmente en la agricultura, la ganadería y la construcción, fuentes  de amplio potencial de empleo y crecimiento, abiertas a las voluntades de producir y solventar necesidades propias y familiares, en Matanzas y en todo el país.
(Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(03/09/15)

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