Justicia social Sí, pero sin parasitismo

Propiciar a todos los ciudadanos por igual el acceso  a los beneficios  posibles, de acuerdo con el potencial económico de la nación, incluida la salud, la educación, el deporte, la cultura y la alimentación, es fundamento moral que debe regir los principios de la Asistencia Social, no como dádiva, sino como parte de la equidad  que caracteriza los fundamentos y la obra de la Revolución cubana.
Son conceptos subrayados en varias oportunidades por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro que es menester tener siempre en cuenta, porque de su interpretación  se derivan actitudes y conductas  para potenciar el desarrollo económico del país, evitar falsas expectativas y poner sobre el tapete el principio básico que debe regir en la distribución socialista: de cada quien según su capacidad a cada cual según su trabajo.
En Cuba, más de 250 mil  núcleos familiares reciben asistencia social a la que están acogidas alrededor de medio millón  de personas. Cifras que siguen siendo impresionantes para un país de limitados recursos, alta tasa de personas mayores de 60 años (alrededor del 19 por ciento de la población), y que no incluye a los beneficiarios de la Seguridad Social, más de dos millones y medio entre jubilados y pensionados.
Las prestaciones que todos ellos reciben son vistas como una obligación de la sociedad en su conjunto, incluyen a personas imposibilitadas de trabajar por alguna causa y a otras que durante toda su vida aportaron  a la sociedad con su trabajo hasta llegar a la edad de la jubilación.
Para todas ellas, la Revolución es garantía de seguridad plena, pero siempre dentro de posibilidades realistas, sin desbordar límites marcados por los principios que deben garantizar el estímulo al trabajo, retribuido conforme a la calificación, la productividad y el aporte individual.
  De esa manera no se  estimulan conductas parasitarias de quienes, equivocadamente, pretendan valerse  de la Asistencia Social para conformar un estilo de vida sin laborar, o un medio para obtener cómodos ingresos suplementarios, ya sea en matanzas o en cualquier otro sitio del país.
(Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(24/08/15)

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