Historias de sueños posibles (+Fotos)

La atención a pacientes con hipoacusia, fundamentalmente en edad pediátrica, constituye una prioridad para la salud pública cubana. En Matanzas varios de estos casos muestran una asombrosa recuperación gracias a la labor de los especialistas del Centro Auditivo Provincial el cual atiende a más de 2 mil pacientes de todos los municipios.

El Centro Auditivo de la provincia de Matanzas atiende a más de 2 mil pacientes de todos los territorios con déficit auditivo
A Emely, Alina y Diego los une una historia común: la pérdida de la audición y su paulatina rehabilitación. Emely tiene cinco años y ahora es que comienza a hablar con algo más de fluidez. Cuenta hasta e 10 e identifica los colores.
Diego también tiene cinco años y en septiembre comenzará su escuela al igual que Emely. En sus horas de terapia canta perfectamente canciones infantiles, identifica los animales y los colores y no para de correr y hacer travesuras.
Alina ya es una adolescente de 15 años que cursa el segundo año en el preuniversitario y dice sentirse muy bien con sus profesores y compañeros del aula, como una alumna más. Le gustaría ser una profesional cuando termine el preuniversitario.
Recuento necesario
Los diagnósticos avizoraban pocas esperanzas.En el caso de Alina, según explica su mamá Zuly Esther Rodríguez Betancourt, cuando cumplió un añito en su círculo infantil se dieron cuenta que ella tenía un pérdida auditiva. "Rápidamente nos dirigimos al Hospital Pediátrico de Matanzas Eliseo Noel Caamaño.  Desde el inicio los médicos diagnosticaron una hipoacusia sensorineural bilateral profunda. Luego fue remitida a la capital y allí comenzó tratamiento con prótesis auditivas pero sin resultados."
Yariseydi Abreu Martínez, refiere que en el caso de Emelys se detectó a los 9 meses que tenía problemas de audición. "Llegamos al Centro Auditivo de Matanzas y se le diagnosticó una hipoacusia bilateral severa." 
Sin embargo, la constancia de los especialistas del centro auditivo de la provincia de Matanzas y el apoyo incondicional de la familia contribuyeron sobremanera a la recuperación de los infantes quienes hoy hablan con perfección, juegan y asistirán a la enseñanza regular.Todo padre quiere oír la voz de su hijo refiere Yariseydi con voz entrecortada y lágrimas que se asoman indsicretas ante la emoción. "Que me dijera mamá fue para mi algo lindo y muy emocionante."
La recuperación
Alina y Emely fueron incluidas en el Programa Nacional de Implante Coclear que desde 1998 funciona en Cuba y ahora disfrutan de los beneficios de este moderno procedimiento.
"Con el implante coclear ella desarrolló un lenguaje bastante, bastante perfecto, asegura la mamá de Alina, sue evolución fue cada día en ascenso y siempre se desarrollóentre niños oyentes."
Emely tiene el implante desde hace un año y cinco meses, explica su mamá Yariseydi Abreu, y está hablando bastante. "Ha tenido buena respuesta y todo ha sido satisfactorio."   
Diego ha logrado su  rehabilitación mediante el uso de prótesis auditivas digitales programables unido a las sesiones de logo foniatría. Su papá Javier Ortega Pérez refiere que su niño casi está en igualdad de condiciones que el resto de los niños de su edad.
"Identifica bien las figuras, animales, colores, los agrupa según su tipología, canta y se relaciona muy bien. Claro, siempre hay que prestarle una mayor atención, pero todo marcha bien y el próximo mes se icorrporará a la escuela en la enseñanza regular para cursar su grado preescolar."
Estos ejemplos dignifican la labor médica y se suman a los más de 2 mil pacientes que de manera sistemática reciben atención en el centro matancero.
El Dr. William Pulido González, Director del centro matancero se refiere a los beneficios de esta atención especializada y muy constante, sobre todo en los niños en edad. "Esto garantiza que los pacientes con déficit auditivo, ya sea leve, severo o profundo puedan desarrollar la función comunicativa, es decir la relación interpesonal con lso demás miembros de la comunidad oyentey su incorporación a una vida socialmente útil."
Las sonrisas cómplices de Emely, Alina y Diego, y en especial sus palabras, que llegan escasas o en torrente, brindan una esperanza pero sobre todo, la certeza de que no existen sueños imposibles cuando el amor y la constancia unen sus lazos en función de la vida.
(Por: Eliane Táboas Merino. 15/8/2015)


Emely cuenta perfectamente hasta el 10 y también identifica los colores para felicidad de sus padres

Diego canta canciones infantiles y sorprende a todos por su constante energía



      
Alina tiene 15 años y cursa segundo año de preuniversitario en igualdad de condiciones con sus compañeros de clase
La labor de los especialistas es esencial para la recuperación de los pequeños

   









Los padres de Emely se muestran contentos con la recuperación de su hija





Zury Esther hace un recuento de la recuperación de su hija Alina y la inserción  social
Los padres de Diego cumplen con todas las orientaciones de los especialistas

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