Sobresalen esos oasis marinos que circundan la bahía -nombrada Yucayo por los aborígenes-, a los que concurren entusiastas veraneantes.
A pesar del desarrollo industrial del entorno de la rada, sus playas continúan siendo parte esencial del panorama local, alabado por lugareños y viajeros de todo el mundo, que hallan espacios privilegiados para el disfrute del sol, el aire y el mar.
El Tenis, El Coral, Buey –vaca, Allende, Bahía, Caleta, Caletón, El Mamey, se nombran estas playas citadinas, a las que se añaden otras abiertas al nordeste de la provincia.
En el litoral sur, en la legendaria Ciénaga de Zapata -principal humedal del Caribe insular- sobresalen Playa Larga, Playa Morena, Playa Girón, y otras en caletas de valores medioambientales intrínsecos y cercanas facilidades de hospedaje y gastronomía.
Especial atractivo brindan los fondos marinos de esas zonas costeras en los que se aprecian notable diversidad de corales, peces, crustáceos y otras variedades de la vida subacuática, que hacen las delicias de los buceadores.
También se valora la acción de entidades estatales en la preservación de los ecosistemas marinos, mediante técnicas modernas que combaten la erosión y defienden la biodiversidad.
Los amantes de la naturaleza, del mar virgen y las acampadas bajo las estrellas, elogian estas playas singulares y la confraternidad que establecen con personas nativas, que a ellas concurren, y que sienten igual pasión por las actividades al aire libre. (Por: Roberto Pérez Betancourt)(TVY)(27/05/15)
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