No hay peor cuña...

La peculiaridad de las alianzas entre partidos en el entorno político brasileño comprometió la gobernabilidad del país por parte de Dilma Rousseff y su Partido de los Trabajadores (PT).
Figuras del principal aliado del PT en el Congreso, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), intentan torpedear decisiones gubernamentales e introducen ruidos en un sistema que, de por sí,ya era delicado.
Eduardo Cuña (diputadodel PMDB por Río de Janeiro) y Renan Caleiros (por Alagoas), Presidente de la Cámara y el Senado respectivamente, se han aliado durante todo lo que va de año para llenar de zancadillas al gobierno izquierdista de Dilma. Y todo parece indicar que continuarán en su tarea.
Eduardo Cuña intenta pasar un proyecto de ley de su autoría que atenta contra la existencia del Sistema Único de Salud (SUS), responsable del atendimento médico sin costo para 200 millones de personas. Cuña pretende crear un esquema que obligue a las empresas a ofrecer seguro médico para sus empleados, pero deja de lado el elevado número de seres humanos en este país sinacceso a empleo, o aquellas personas que son subcontratadas, o cuyas rentas promedio no alcanzarían para pagar un servicio tradicionalmente caro.
El SUS fue creado em 1988, como una forma de hacer válido el derecho al acceso equitativo a servicios básicos de salud, y que incluye también a instituciones privadas. Eduardo Cuña tiene entre sus financiadores de campaña a empresas privadas relacionadas con la salud, y que empujan para obtener benefícios económicos como el que persigue el proyecto de ley arriba mencionado.
Para enfrentar a semejantes “amigos” en la base aliada, Dilma encargó a su vicepresidente, Michel Temer, quien milita en el propio PMDB, para que fuese su articulador político, negocie nuevos pactos que le permitan gobernar con mayor facilidad, y de paso, silencie las estridencias de los líderes de ambas cámaras, quienes, aparentemente, están haciendo más ruido después de ser apuntados entre los políticos envueltos en recibir sobornos de empresas involucradas en l Operación anticorrupción Lava Jato.
Para tener una idea de lo que se está “cocinando” a ciertos niveles de política, casi simultáneamente con este proyecto de ley contra el SUS, dos senadores del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), propusieronun decreto para finalizar el contrato entre Brasil y la Organización Panamericana de la Salud, por elcual se rige la presencia de médicos cubanos en esta nación.
Los senadores Cássio Cuña Lima (otracuña pero de otropalo), de Pernambuco, y Aloysio Nunes, de São Paulo, arguyen que laparticipación cubana no es más que un pretexto para repasardinero al gobierno de laIsla, por elhecho de que los cooperantes recibenun tercio del salario conveniado para el Programa y lamayor parte es cobrada por Cuba.
La gran prensa de Brasil además se ha hecho eco con mucha fuerza de algunas medidas que involucran a los cooperantes de la Isla, adoptadas por el Ministerio cubano de Salud Pública, y “misteriosamente” los defienden contra supuestos atropellos, después que durante los primeros meses tras la legada,atacaron su trabajo con inusitada vehemencia.
La voz popular calló los ladridos inicialesdebido a la calidad de los servicios prestados y al humanismo que distingue a losprofesionales caribeños. Mas, los argumentos de la oposición ahora esquivan los asuntos importantes y se refugian tras elementos más sutiles.
Y no puede considerarse para nada casual que todos estos temas hayan salido a la palestra al mismo tiempo. Las casualidades no existen, y en política mucho menos. El forcejeo político que reina en Brasil desde enero, responde a deslegitimizar al gobierno de Dilma por todas las vías posibles, hacerle imposible viabilizar leyes que favorezcan a su gestión, dificultar el éxito de programas sociales y todo com un solo propósito bien marcado: asegurar desde ahora el triunfo de la oposición en las próximas elecciones.
Ello significaría un retroceso para el país, que consiguió con el PT, incluirse entre las naciones más desarrolladas del planeta, aunque aún con sérios problemas de desigualdad. Pero para el continente sería fatídico, porque Brasil constituye el eje fundamental de los proyectos integracionistas latino-americanos, y el representante más fuerte de la región ante los organismos internacionales, así como para su aspiración de multilateralismo que necesita el planeta.
Ante semejante amenaza, sería muy inocente un atrincheramiento de Cuba en sostener posiciones que le dificulten el intercambio con sus pares brasileños. La Isla debe revisar sus políticas hacia los cooperantes internacionalistas sostener un diálogo constructivo con ellos para llegar al necesario consenso en torno a sus decisiones, pues estas cada vez tienen un alcance más universal.
La experiencia brasileña actual en materia de política no debe ser pasada por alto, pues una vez más queda demostrado que no hay peor cuña...(Por: Yosvany Albelo Sandarán)

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