Boxeo: Lionhearts británicos sucumbieron ante los Domadores de Cuba

A veces por la superioridad en el peso, otras por la diferencia de estatura —y por ende la ventaja en el alcance—, y también por el palmarés de los rivales, hemos dudado de la capacidad de los Domadores de Cuba si de arrasar se trata en la Serie Mundial de Boxeo (WSB por sus siglas en inglés), pero la pura realidad es que tendremos que esperar al menos otra semana más para ver si llega el contrario capaz de doblegarlos.
Esta vez fueron los Lionhearts británicos quienes sucumbieron ante el rodillo isleño, del cual solo escapó el superpesado Joseph Joe Joyce, o lo que es lo mismo, una versión de Hulk (1,98 metros de estatura y 110 kg de peso).
De cualquier forma, la Ciudad Deportiva capitalina, tan gélida como desierta, fue testigo de la sexta victoria en línea de los Domadores, invictos con 18 unidades y punteros del grupo A.
Conviene empezar la historia justo por el final: el duelo entre Leinier Peró y Joyce, curtido pugilista de 29 años, bronce europeo en Minsk 2013, quien ganó por votación dividida (48-47, 47-48, 46-49) al cubano, con la constancia de su fuerte pegada y la virtud de resistir los cinco asaltos sin quebrantar su guardia ni sus piernas.
El agramontino, en cambio, fue de más a menos, tras un inicio sin bríos pero eficiente. Después del tercer asalto acusó inmovilidad y  cansancio, sin obviar que en un segundo, por derechazo directo a su rostro, perdió la lucidez y las riendas de una pelea que pudo ser suya.
Se decía que las opciones de los británicos para no salir magullados por completo de suelo cubano pasaban por la resistencia que pudiera ofrecer en los 52 kilogramos José Kelvin de la Nieve Linares, pero el dominicano nacionalizado español no tuvo muchas opciones y cayó por decisión unánime (triple 50-45) contra Yosbany Veitía, invicto en la WSB en 11 escaladas al ring.
“Es un contrario de calidad, ya lo había enfrentado antes en Bulgaria y conocía cuánto podía exigirme, pero al cumplir las indicaciones de la esquina y mantener un correcto movimiento de piernas, jugando con la capacidad física del rival, pude sacar la ventaja”, señaló el espirituano, sin la explosividad de costumbre.
Se esperaba una danza sobre el cuadrilátero de Lázaro Álvarez (60 kg), amparado en sus dos coronas mundiales contra el nulo cartel del francés Oualid Belaoura, pero el galo enseñó sus bríos juveniles y no se achicó ante el escenario, aunque sucumbió por un 3-0 (49-46, 50-45, 50-44) bastante engañoso.
Belaoura aceptó los intercambios, sacó ganchos fuertes y oportunos, y solo al final le pesaron un poco los brazos, justo el momento que Álvarez aprovechó para destrozarlo. “Hablamos de un buen fajador, intenso, que además lo entrena Mariano González, un cubano conocedor de los fundamentos de nuestra escuela de boxeo, pero al final me llevo la victoria, dedicada especialmente a mi padre, que falleció hace poco”, expresó emocionado el antillano.
Sin lujos ni exhibiciones de otra galaxia, Roniel Iglesias (69), de vuelta tras una lesión de rodilla, asestó su primera derrota —por triple 50-45—en la actual WSB a Haizel Ekow Tabiri-Essuman, cuarto en el ranking de la justa, mientras un inspirado Julio César la Cruz, abusó como domador de un cachorro de león, John Newell, inferior en toda la línea (43-50, 41-50, 43-50).
Sobre el match, Rolando Acebal, entrenador principal de los Domadores, señaló que resulta provechoso enfrentar un rival duro para tener una idea real del estado de nuestros boxeadores de cara a los próximos topes, “que seguro serán cada vez más exigentes”.

 Aliet Arzola Lima 
(Tomado de: Granma)

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