Vicios que matan

Hay vicios que matan y el alcohol es uno de ellos. Quienes lo consumen a veces no toman conciencia de los riesgos y la dependencia que ocasiona, sobre todo cuando se empieza desde la adolescencia.
El alcohol es una sustancia adictiva para todos.  Sin embargo, cuando se inicia su consumo antes de los 18 años aumenta 5 veces la probabilidad de generar adicción. De ahí que los adolescentes estén en una cuerda floja que los puede convertir en alcohólicos si se pasan de copas más de una vez.
La mayoría de los adolescentes han consumido alcohol por lo menos una vez en su vida y, quizá, haya tomado de más en alguna ocasión. Esto puede verse como algo normal siempre y cuando no se pase del uso al abuso lo cual implica afectaciones para la salud, las relaciones sociales, el desempeño académico o laboral.
El consumo de alcohol en los adolescentes se relaciona con múltiples factores que van desde la necesidad de experimentar nuevas sensaciones, el deseo de aceptación social y la imitación de los adultos hasta soledad, depresión, hiperactividad o timidez.
La familia, y en especial los padres, no deben descuidar a sus hijos. Velar por su comportamiento, saber a dónde van, con quién salen y qué hacen, hablar en confianza y ayudarlos a salir adelante deben ser prioridades en su educación.
Y es que a tiempo todo puede solucionarse. Por eso lo más recomendable en estos casos es buscar ayuda especializada, pero sobre todo darse cuenta tiempo del problema y aceptarlo. Esa es la parte más difícil de lograr.
El alcoholismo es de esos vicios fatales que si te atrapan, no te dejan libre. Beber una copa puede resultar placentero. Pero ojo, no crucemos los límites porque podemos iniciar un viaje sin retorno hacia el consumo desmedido y la dependencia al alcohol.
(Periodista: Eliane Táboas Merino. 31/1/2015)

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