Tormentos del corazón

¿Quien no ha tenido alguna vez amores lejanos, imposibles o simplemente prohibidos? Sobre estos tormentos del corazón y las circunstancias  que muchas veces los rodean estaremos reflexionando en las líneas que siguen.
Lidiar con el dolor de ver a alguien que queremos y no poder estar a su lado es algo que ocurre en ocasiones. ¿Por qué sucede esto? Las causas suelen ser diversas y van desde indecisión y miedo a no ser aceptado hasta la total imposibilidad de concretar la relación.
Incluso, muchas veces estos tormentos del corazón se convierten en algo normal y la asumimos como parte de nuestra vida.

Aprendemos a vivir con esas carencias emocionales y nos refugiamos en los brazos equivocados. Es por eso que encontramos a personas que tienen pareja y son infelices con ella, pero no se atreven a terminar la relación por miedo a la soledad o por el qué dirán.
A veces nos enamoramos de personas que no debemos. Por ejemplo dos amigos o hermanos que aman a una misma mujer; el que se enamoró perdidamente de la madre de su mejor amigo o aquellos primos que eran como hermanos y hoy se aman. También las diferencias de edad, las barreras sociales, culturales, raciales y religiosas hacen que un amor, pese a su fuerza, sea imposible.
La mayoría de las veces decidimos entonces esconder los sentimientos y conformarnos con miradas, roces y caricias a la distancia. Pero a la larga, esto lejos de ser una solución, ocasiona problemas, sentimientos encontrados y una doble vida que destruye la felicidad y la relación de pareja.
Quien decide mantener el apego a un "amor platónico" al extremo de paralizar su vida afectiva, sueños y la relaciones sociales, realmente está asumiendo sufrir por necedad, por incapacidad de salir adelante y ver la vida con mayor inteligencia, dignidad y criterio.
Amar es un aprendizaje y  requiere de honestidad, voluntad y respeto para ver crecer un sentimiento tan bello. Sin embargo, muchos lo descubren tarde, cuando ya se ha extinguido. Por eso, cuando descubras el verdadero amor, lucha por él, cuídalo y defiéndelo sobre todas las cosas, para no tener que arrepentirte en el futuro.



(Por: Eliane Táboas Merino)

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